martes, 24 de enero de 2017

El doctor Atleti

El paciente en la camilla y el cloroformo en la mesa de operaciones. Cirugía precisa, un tipo que duerme y que, cuando quiere despertarse, ya no tiene costillas. Muchas veces, no lo queda ni dignidad. Así, sin enterarse, pierde las muelas y el hígado. Creyendo que puede no es capaz de mover un dedo porque realmente está en manos del doctor Atleti.

El doctor Atleti es ese que pone en práctica la Tiagología. El que duerme el juego, anula al rival y saca petróleo del despiste ajeno. El que mete el bisturí y analiza los corazones. El que no tiene piedad del enfermo, ni entiende de rutinas. El que se doctoró en la facultad del cholismo y pone en práctica métodos de pura medicina formativa. Ganar por KO. Ganar por consistencia.

Pero el doctor Atleti está de vacaciones. Cansado de tantas intervenciones a corazón abierto, de tantas guardias interminables y de tanta praxis en Gabigología y Kokelogía, ha decidido tomarse eso que llaman año sabático. Y en el quirófano del Manzanares le añoran, quieren volver a ver sangre, quieren volver a sentir la llamada del tipo que tiene inyectado un reguero de hiel en la mirada ¿Dónde estás, doctor Atleti?

El doctor Atleti hace tiempo que no practica circuncisiones a balón parado, hace tiempo que no pone apósitos en defensa, hace tiempo que no machaca músculos en el centro del campo y , sobre todo, hace tiempo que no esputa goles en el recipiente del equipo rival. Ese doctor sin compasión está durmiendo la siesta de los justos. Y todos seguimos esperando a que despierte porque seguramente, ese día, volverán a temblar los cimientos de este bendito sanatorio de corazones llamado Vicente Calderón.