lunes, 6 de junio de 2022

La venta de humo de cada verano

Primero hay que cobrar los abonos porque para que haya un engaño siempre ha de haber un incauto. Y estos somos todos lo que, año tras año, dejamos parte de nuestros ahorros en el Atleti por tradición, amor y esperanza. Una vez trincado el dinero vendrá la realidad, pero, mientras tanto, tendremos entretenido al personal con la particular venta de humo de cada verano para, así, poder tenerlos alerta e ilusionados ante un proyecto que terminará salvando la mano milagrosa del entrenador.

Por eso es importante filtrar nombres; ya sean Darwin Núñez, Carlos Soler, Nahuel Molina o incluso Gundogan. Porque para que los peces piquen, necesitan siempre un cebo. Y cuando el pez esté en el anzuelo, lo manejaremos a nuestros gusto y diremos que la economía no es la más voluble, que en tiempos de vacas flacas hay que guardar y que, si queremos que alguien entre, otros tendrán que salir.

Y entonces perpetrarán la venta de Carrasco, o la de Correa, o la de Oblak, y volverá Morata, o vendrá Raúl de Tomás y el equipo será un poquito peor, como cada año, y le tirarán a Simeone el fracaso a la cara y los que están en la lista Forbes se irán de rositas y uno de ellos callará y el otro saldrá de un bar, con los mofletes colorados, diciendo que tenemos un equipo extraordinario y que los futbolistas juegan donde quieren. Me lo conozco todo de memoria ya.