Porque también abrazamos a Suárez y su voracidad hace dos temporadas y aquí estamos, dos años después, compuestos y sin nueve, sabiendo que el mercado no nos ofrece oportunidades y que tenemos que rezar para que Cunha explote o para que Morata deje de ser un pesimista del gol. Por ello, además de Witsel, o más allá de Witsel, debería buscarse un tipo sobre el que proyectar el futuro del equipo porque sólo con futbolistas prometedores de forjan unos cimientos de cara al futuro.
Cómo ya se hizo con Giménez, Correa o incluso Saúl, el equipo necesita tipos que aprendan el oficio de jugar en el Atleti, que se empapen, que crezcan y que, cuando den el salto, estén preparados no sólo para jugar sino para ser maestros de los que vienen por detrás. Witsel vendrá un año, dos a lo sumo, quizá lo haga bien y, cuando se marche, volveremos a quedar huérfanos de mediocentro porque en este club gustan más los bandazos y los chollos del mercado que los scoutings y las planificaciones serias.