Porque ellos expían todos sus pecados con dinero. Pueden comprar a los mejores futbolistas del mundo, puede especular con su ciudad deportiva, pueden conseguir los mejores contratos televisivos pisando a quien quieran y pueden organizar sus superligas porque juntarse con pobres está muy mal visto en la zona noble de Madrid. Con todo ello han forjado un buen equipo y se han acostumbrado a ganar, así que será difícil seguir su ritmo cuando pongan velocidad de crucero porque, bien por sí mismos o bien por ayudas de otros, empezarán a ganar un partido tras otro y ahí veremos que nuestro favoritismo tan sólo era una milonga de la prensa.
Así que no nos queda otra que ir a lo nuestro, partido a partido y victoria a victoria, porque en cuanto pinchemos sentiremos rápidamente en el cogote no sólo el aliento de un equipo sino el aliento de todo un país mediatizado para que su equipo favorito se alce cuanto antes con el primer puesto y así puedan seguir presumiendo de lo guapos y ricos que son.
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