Más allá de los vaivenes, el equipo que ha vuelto a reconstruir Simeone, se encuentra en una encrucijada difícil de solventar. Por un lado, su ventaja en la liga se ha ido prácticamente al traste y por otro, su sueño de la Champions pende del hilo de una remontada sumamente difícil. Por ello, cuando las nubes aparecen y el sol parece querer esconderse tras ellas, miramos al cielo y nos avocamos al trabajo impagable de nuestro Mesías.
Me cuesta ser optimista, no lo voy a negar, pero si hay algún motivo por el que podemos soñar en grande es ese señor de negro que se sienta en el banquillo de nuestro equipo y no para de repetirle a sus jugadores que si trabajan y creen, van a poder conseguirlo todo. Y mientras yo me preparo las vendas, el tipo no cree en las heridas. Allá vamos con todo, estamos en manos del Mesías.
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