Porque uno puede pensar en pinchar ante el Villarreal, quizá en el Camp Nou o a lo mejor en Sevilla o San Mamés, pero cuando uno echa cálculos, jamás llegas a pensar que te vas a dejar cinco puntos en cuatro días contra el Levante, porque contra esos equipos se ganan las ligas y porque estas derrotas son las que te terminan minando por dentro hasta convertirte en vulnerable.
Y ahora miramos de reojo el derbi de dentro de dos semanas con el miedo terrible de que el Madrid salga líder del mismo, de vernos arrojados al pozo de la inmundicia por haber perdido una renta inmejorable en el menor tiempo posible. Lo vemos todo mal porque nos hemos acostumbrado a fustigarnos históricamente, yo el primero, con mi tendencia al pesimismo y a ponerme la venda sin haber tenido la herida. Pero aún queda un motivo de esperanza y se llama Cholo Simeone. Con él en el banquillo el equipo puede perder, puede empatar, puede no ganar un título, pero seguro no va a dejar de pelear por alcanzar el objetivo.
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