Está claro que esta no es nuestra temporada. No sé si tendrá algo que ver, pero el capricho de Griezmann parece estar saliendo caro, no sólo ya porque juegue por decreto sin haber demostrado ni la mitad de lo que es capaz, sino porque el grupo está dándose cuenta de que aquello de jugar por méritos se está cayendo y puede llegar a viciar la convivencia. Porque ¿Para qué me voy a esforzar si este tipo termina siempre jugando?
Es, sin duda, el peor momento en la era Simeone en el Atlético de Madrid. Y todos confiamos, como Mesías nuestro que él, que lo que él ha sido capaz de deslavazar sea capaz también de arreglarlo, que haga creer de nuevo al grupo que puede recuperar la identidad, que los favoritos deben jugar por méritos y no por decreto y que aún hay tiempo de recuperar terreno perdido y hay dos trofeos en el horizonte por los que se debe pelear; Supercopa de España y Copa del Rey. Dale, Atleti.
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