Pero esos tiempos son pretérito perfecto simple. Los tiempos, las influencias de uno y la autodestrucción del otro terminaron por cambiar el panorama. Si la distancia era de dos palmos se convirtió en un metro, después, pasó a ser de un kilómetro y ahora hay años luz de distancia. No se puede recuperar toda la gloria en una sola temporada, pero sí se puede empezar de cero en un solo partido. No se trata de ganar por fastidiar, no, porque si pensamos en ello estaremos tirando por la borda todos nuestros sueños y seguiremos empequeñeciéndonos cada vez más y más.
La batalla del vecino es otra, una muy lejana a la nuestra. No les echemos todas las culpas a ellos y a sus afines porque nosotros tenemos lo nuestro. Hubo tiempo en el que ellos recalificaban ciudades deportivas y nosotros nos preguntábamos en la tele por qué éramos del Atleti ¿Cómo no iba a haber una distancia sideral? Los partidos se ganan porque se necesitan los puntos, porque se necesita recuperar el orgullo y porque siempre se le debe una alegría al aficionado. Pero no se ganan por la simple razón de joder al rival. Pensando así seguiremos equivocando el discurso y ellos se harán más grandes mientras nosotros nos iremos haciendo más pequeños.
1 comentario:
Hola, soy un blog de fútbol como tu... La verdad es que me gusta mucho tu blog y me preguntaba si podrías seguirme
Yo te estoy siguiendo, gracias :)
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