lunes, 8 de abril de 2013

Carencias y desnudos

El Atleti de Simeone es un milagro en manos del tiempo. No hay juez más certero que los resultados y no hay mejor abogado defensor que el esfuerzo. En su frase de presentación, el Cholo dejó claras premisas e intenciones: "el esfuerzo no se negocia". Y así ha sido. Cuando el equipo ha relajado la motivación, le han roto la cara, cuando ha puesto cara de perro, ha sido, siempre, muy difícill de ganar.

Pero el esfuerzo, por sí sólo, no cumple objetivos. Ayuda a conseguirlos, eso sí, pero en el deporte de élite no basta con ser el mejor preparado, también se necesita ser el más talentoso. Y es ahí donde radica el milagro de Simeone. El equipo ha aguantado el tirón con dignidad y mucha categoría, y lo ha aguantado sin un jugador que plante pies en tres cuartos, detenga el ímpetu, levante la cabeza, y distribuya un par de pases con criterio; uno para desatascar el juego y otro para dejar a los delanteros en posición franca para marcar.

En partidos como el de ayer, las verdades del equipo se desnudan de forma sistemática. No sirve de mucho ser más intenso si no se puede ser más profundo. La conciencia queda tranquila porque el equipo compite, pero queda un amargo regusto a lo que hubiese podido pasar cada vez que uno se acuerda del turco que está en la enfermería o del brasileño que está en Alemania. Estar tercero, a estas alturas, y sin ese futbolista especial, tiene un mérito casi hasta emotivo. El Atleti está a cuatro partidos del objetivo y el calendario no es muy halagüeño. La Real Sociedad viene apretando y el equipo empieza a demostrar sus costuras. Solo esperamos que la liga no se nos haga demasiado larga y que, pese a tener que sacar la lengua, el último hálito nos permita completar el milagro.