jueves, 28 de marzo de 2019

Adiós, gracias y suerte

Adiós, Lucas. Podría decirte hasta luego y recurrir al chiste fácil, pero este está ya tan manido que resultaría una parida más que una declaración. Adiós con tu doble ficha, con tu clásula, con tus ganas de dejar el equipo en el que creciste. Adiós con tu buena zurda, con tu potencia, tu colocación. Adiós a tu proyección, a los planes que había contigo, a los partidos que ya no jugarás de rojiblanco.

Gracias, pero no por marcharte con el mejor postor, por dejar un proyecto aún ilusionante, por bajarte de un barco cuando está a la deriva. Gracias porque soy bien nacido y que gustaría agradecer tu rendimiento, tu polivalencia, tu esfuerzo cuando lo hemos necesitado y esos días de marcaje en los que te pegaste sin preguntar contra los mejores delanteros del mundo.

Y suerte. En lo personal siempre, porque no entra en mi código de conducta el desearle el mal a nadie. Y en lo deportivo porque, aunque no la vas a necesitar ya que vas a ganar dinero y Bundesligas, es más que probable que un día te cruces con el vecino y todos querremos que le venzas. Ese equipo en el que, como tu hermano, quizá quieras terminar. Ya nada me extraña, ya nada me sorprende. Eso sí, si algún día nuestros caminos se cruzan te desearé la peor suerte. Ya sabes como somos, Atleti hasta la muerte. A tí no te pasa. Es lícito, no todos lo sienten.

lunes, 25 de marzo de 2019

El Atleti sin Griezmann

Los malos momentos hacen perder la perspectiva y nos conducen a imaginar un panorama radicalmente distinto. Sabemos que el equipo tendrá que vender y que, con ello, podrá comprar. Otra cosa es que tiremos el proyecto a la basura por una tragedia y dejemos de tener los pies en el suelo. La piedra angular de nuestro proyecto se llama Griezmann. En él depositamos nuestra esperanza y ahora no podemos regresar a la misma desidia del año pasado. Si me dan a elegir, preferiría que se quede.

Porque Griezmann es, de los pocos futbolistas en la plantilla, que ha asimilado a la perfección los preceptos del cholismo. Porque sacrifica su fútbol para bajarse al barro, porque se ha convertido en un delantero completo cuando no era más que un extremo con muy buena intención. Porque sabe hacer que un equipo gire a su alrededor, porque puede hacerlo, porque ha demostrado poder hacerlo. Porque merece una oportunidad.

Hay quien se pregunta si realmente merece lo que gana. A lo mejor hay que analizar por qué ha alcanzado semejante estatus cuando llegó siendo una incipiente promesa. Griezmann no sólo ha sido comprometido con el juego sino que ha sido decisivo con goles y ha aportado más que nadie en el juego. Pocos delanteros se sacrifican tanto en la elaboración como lo hace el francés, pocos cambian tan a menudo el gol por la elaboración como lo ha hecho él en este rol que le ha dado el Cholo. Aunque lo fácil, ahora, sea atizarle, lo difícil debería ser lo sensato; sentarse a discernir y elaborar un debate constructivo empezando con una sencilla pregunta: ¿Qué sería del Atleti sin Griezmann?

lunes, 18 de marzo de 2019

Ese día que llega todos los años

No nos engañemos. Este día termina llegando todos los años, lo que ocurre es que este año nos ha pillado tan de sopetón que no hemos tenido tiempo de digerir los disgustos. Andábamos aún deprimidos por la catástrofe de Turín y no quisimos ser conscientes de que en Bilbao nos jugábamos seguir queriendo ganar la liga. Pero volvió a salir cruz. O, más bien, jugamos con una moneda que sólo tenía cruces.

Porque este equipo ha dejado de creer. El lema del cholismo, ese que nos empujaba a tener fe hasta en los momentos más críticos, ha dejado de surtir efecto y, como en un efecto domino devastador, a medida que ellos dejen de creer nosotros seguiremos creyendo cada vez menos. El que jugó en San Mamés fue un equipo apático, apagado, sin condición y sin nervio. Un equipo al que le daba pereza tirar a portería.

Y ahora ¿Qué? El equipo se ha caído cuando aún quedan dos meses de competición. Mirar al futuro es un ejercicio de peligrosa conjeturación, más que nada porque este grupo aún merece un respeto y porque, más que nada, aún tienen por delante el trabajo de asegurar la clasificación para la próxima Champions. El día que llega todos los años ha llegado, ese puñetero día en el que maldices la hora en que te empezó a gustar el fútbol.

jueves, 14 de marzo de 2019

El día que se acabó el discurso

Han pasado casi dos días y aún ando rumiando un poso de tristeza y frustración. Rabia y melancolía; el puñetazo en el aire por lo que debía haber sido y no fue y el llanto interno que no cesa después de ver como nos vapuleban de la peor manera. Existen dos formas de perder; una es que te ganen y la otra es perder sin intentarlo.

La Juve no nos ganó porque no necesitó de demasiado esfuerzo para remontar, simplemente el Atleti no se presentó al partido. Todas las certezas de la previa se convirtieron en dudas improbables. "A morir los míos mueren", recordamos, pero allí no murió nadie por el esfuerzo. Se dejaron comer, se dejaron morir, se dejaron matar.

Al Cholo se le acabó el discurso en Turín porque no tuvo a nadie que le siguiese. El Cholismo tal y como lo conocíamos eran Gabi, y Tiago, y Miranda, y Raúl García. Y también Godín, Juanfran y Filipe, pero estos ya no están para batallas. Y también lo era Diego Costa, pero hace tiempo que no está cuando más se le necesita. Se acabó el discurso y se acabó un Atleti. Debe empezar otro, siempre por Simeone, pero quizá, con un nuevo discurso. Y si no lo va a cambiar, tendrá que contar con otros jugadores.

martes, 12 de marzo de 2019

Una encerrona

Tenemos que partir desde la base de que al Atleti le espera una encerrona. Porque juega contra el viento, porque ellos son muy buenos, tienen a su público y, a priori, contarán con un arbitraje Champions. No es poner esto ninguna venda, los arbitrajes Champions, sean donde sean, tienden al caserismo. A nosotros mismos nos permitieron más de la cuenta en el partido de ida. Asumamos que es lo que hay antes de volver a casa llorando por las esquinas.

Confiemos, pues, en la capacidad para competir de los chicos. Estos chavales que nos han sacado de un letargo de años y años, son animales de competición. Podemos caer eliminados, esa probabilidad cabe, es así, pero no vamos a dudar ahora de esta banda de barrio que ha formado el Cholo Simeone. "A morir, los míos mueren". En la hilvanación del análisis se encuentra el resultado del rendimiento.

Quedan, ahora mismo, dos horas y cuarenta y tres minutos. Estoy que me muero de miedo. El puñetero devenir de la vida me ha convertido en un pesimista en cuanto se trata del Atleti, pero sé que vamos a competir, sé que vamos a vender cara nuestra piel. Sé que va a ser una encerrona y que vamos a tener que ser el Atleti de verdad, el del Cholo, para salir vivos de ella.

viernes, 8 de marzo de 2019

La vista en Turín

La vista está puesta en Turín, no nos vamos a engañar. Sabiendo que el Barça está a tres partidos, que quedan sólo doce y que ganarle una liga a Messi es como intentar escalar una pared a pulso, Simeone centra todas sus esperanzas en el torneo más corto e intenso de los que quedan, porque el Atleti se maneja bien en los esfuerzos concretos y en la intensidad programada.

No creo que se menosprecie al Leganés. En esta liga nuestra donde los de abajo han subido dos peldaños, ningún partido es difícil. Pero no es menos cierto que, llegado cierto tramo de la temporada, conviene dosificar esfuerzos y el reto al que se enfrenta el Atleti entre semana es de dimensiones sobreimpactantes. No se trata sólo de vencerle al tiempo, se trata de vencer a los elementos y, una vez más a la historia. Por eso se necesitarán piernas frescas y mentes lúcidas.

Ante estas premisas, no hay que olvidar nunca que, el mejor impulso de cara a conseguir una victoria, es otra victoria. Porque ganar refuerza la moral y engrandece el ánimo. Nadie duda de que el Atleti va a competir hasta el extremo en Turín, pero siempre es mejor llegar con el ánimo encendido antes de que la luz de la duda en intermitencia. Para apagar los pensamientos condicionantes hay que seguir ganando, seguir reforzándose y seguir queriendo saber que todo puede ser posible. Porque los milagros no existen sin fe, trabajo.

martes, 5 de marzo de 2019

El viejo Atleti

En Anoeta regresó el viejo Atleti. El que controla el partido a su gusto, el que escoge las fases para apretar, el que sabe sufrir, el que se cuadra en bloque bajo y sabe sacar todos los balones, el equipo intenso, el equipo fuerte, el equipo definidor.

El Atleti, cada año, va regresando a medida que va regresando Koke. El centrocampista, cuando no está, no está, y se nota en demasía. Ha venido siendo corriente suya la de empezar las temporadas en un estado físico muy bajo e ir progresando poco a poco a medida que avanzaba la temporada. Generalmente, entre diciembre y febrero, encadena dos o tres lesiones, pero cuando llega marzo suele enchufarse y, con él, el resto del equipo.

Necesitaba el Atleti un punto de inflexión desde el que enchufarse. El partido de la Juve sirvió para que todos volviesen a creer en sus posibilidades y para que el resto sigamos creyendo en ellos. Lástima los tropiezos de semanas atrás porque ahora se podría afrontar los partidos de liga con ilusión máxima. El equipo no va a dejar de competir, aún así, ni miércoles y domingos, porque ese es su ADN, lucharlo todo e intentar ganarlo todo. Como hacía el viejo Atleti.