miércoles, 30 de julio de 2014

Un tipo listo

Tener éxito en el fútbol, más allá del físico y la pasión, pasa por ser talentoso y listo. Para lo primero, hace falta un gran manejo del balón, una habilidad especial y un golpeo digno de profesionales. Lo segundo, que debería ser requisito imprescindible en las academias de hoy que sustituyeron a las calles de ayer, está tan mínimamente valorado por la mayoría que apenas se sabe apreciar la revolución generada cuando aparece un futbolista que sabe entender el fútbol como un autómata.

Griezmann sabe jugar al fútbol porque es un tipo listo. La afirmación, tal y como suena, parece un perogrullo sacado de un básico de barra de bar, pero no resulta tan fácil de explicar siempre y cuando no se entienda el fútbol como un juego de espacios. En un lugar donde el desmarque se paga con oro y se convierte en tesoro para un centrocampista, Griezman
n aparece como ese tipo listo que sabe buscar la espalda rival y encontrarse siempre en ventaja contra el portero. Se trata de ser rápido, sí, pero se trata de vivir al límite del fuera de juego, de intuir el lugar donde el compañero te pondrá el balón y de abrir el campo lo suficiente como para descolgar al lateral contrario. Lo que parece fácil y lo que no todos saben hacer.

En un equipo que juega a la guerrilla, como el Atleti, Griezman aparece como variante sustantiva. El factor sorpresa, que se marchó a Londres con un Costa irreverente, había quedado huérfano en un equipo que había convertido su línea de ataque en un lanzamiento de mortero a balón parado. La sorpresa tenía forma de llegada a fondo por un lateral y para ganarse un mano a mano había que esperar a que Costa consiguiera salir indemne de su cuerpeo con la defensa. Con el francés, además de atacar en tropel, el equipo podrá hacerse más largo porque encontrará la pieza necesaria en el espacio adecuado. Koke y Arda, destajistas y artesanos de taller, tendrán un motivo para sonreir. Allá, entre dos defensas, puede que encuentren un lugar donde filtrar un balón con veneno de gol. Un tipo listo puede lograr que el fútbol sea mucho más fácil.

martes, 29 de julio de 2014

Necesidades

El verano es el lugar común de los rumores y mentira. La maquinaria de venta de humo se pone en marcha para intentar captar la ilusión del aficionado y querer generar aficionados con hambre de abono. Cuando el carte del "cerrado por vacaciones" vuelva a levantarse y el balón vuelva a rodar, nos seguirá quedando la cara de tonto de cada septiembre y nos reconoceremos en esos tipos duros que sueñan con pelearlo todo y siguen sin los recursos suficientes para mirar a la cara de los más poderosos.

Si algún arma tenemos para disparar con fuego de artillería a los más grandes, esta tiene el nombre de Diego Simeone. El Cholo, para los Atléticos, significa ilusión, logro, fé y victoria. La fórmula, manida por los medios, pero desconocida para los incrédulos, es sencilla, pero no apta para corazones débiles: si se cree y se trabaja, se puede. Gracias a Simeone, los jugadores creen, trabajan y pueden. Cuando ponen nombres en la mesa y hablan de necesidades, todos intuímos que posición necesita un refuerzo y qué tipo de futbolista le vendría bien al equipo. Pero si hablamos de necesidad, nada necesita más el Atleti como a Simeone.

Un Simeone contento es un Atleti contento, un Simeone satisfecho reflejará en el campo a un Atleti competivito, un Simeone valorado reportará al aficinado un equipo del que sentirse orgulloso. Miren de cerca el tipo de refuerzo que está llegando y no digan que alguno de los perfiles está la sombra de la mano del Cholo. Sigue habiendo algún chico de Méndes, sigue habiendo operaciones ocultas porque nadie está libre de pecado cuando dos golfos dirigen al club, pero vuelve a haber cabeza en alguna contratación. Merece la pena seguir al dedillo los mandamientos del Cholo porque gracias a él hemos vuelto a ser un equipo campeón. Porque el día que se marche por la puerta nos daremos cuenta de que él es, en realidad, todo lo que necesitábamos.