jueves, 26 de octubre de 2023

Europa

Europa es intensidad, presión alta, carrera infatigable, pierna fuerte, juego directo, desmarques al límite, termitas en el centro del campo, minas en área rival e incomodidades en el área propia. Europa es físico y mucha química entre miradas de complicidad, es saber qué va hacer el compañero, es saber manejar el auxilio, es desbordar con balones largos y centrar para tipos que ganan su sueldo en capacidad y energía.

Europa es modernidad y estilo, es fragancia de futuro, es inteligencia emocional, es corazón al límite, alma de bandido, pies de conquistador, cabeza de ingeniero. Europa es saber hacer las cosas a mil por hora porque si te duermes te lleva la corriente, Europa es una pierna musculada golpeando un balón de plástico, Europa es ganar, pero ganar no es mirar porque mirar es la antesala de la ejecución.

El Atleti sufre en Europa porque no es fuerte, ni rápido, ni lo suficientemente conciso. Sufre en Europa porque trata de imponer un ritmo que hace tiempo claudicó a la estética de la guerra y que ha ido pasando de moda a medida que los equipos se ponen el traje de la vertiginosidad. Sufre en Europa porque ve pasar los centros sin enterarse de nada, porque llega tarde al cruce, porque no sabe ir a la presión ni sabe manejar las transiciones cuando le vienen en contra. Porque el Atleti, ahora, juega mejor al fútbol que antes pero ha perdido ese colmillo que le convertía en temido, porque no ha sabido reciclarse y, ahora, casi siempre, se ve arrastrado hasta la fatiga por el ímpetu y el físico del equipo rival.