martes, 29 de marzo de 2022

Todos sanos

Los fines de semana sin partido del Atleti se hacen largos y tediosos. Desde el primer momento sabes que te falta algo; o la emoción duradera, acompañada de ese manojo de nervios que te agarrota el estómago, en las horas previas, o la sensación, bien depresiva, bien eufórica, tras haberse jugado el partido. Así que, cuando no tenemos sentimientos a los que recurrir, ni pensamientos que fabricar, nos vamos poniendo al día, poco a poco, del goteo de noticias que ya por escasas, no suelen ser siempre de carácter positivo.

Y sin embargo, ayer ocurrió lo inesperado y pudimos leer que, después de meses, el equipo entrenó al completo con la enfermería completamente vacía. Eso quiere decir que, sancionados aparte, Simeone podrá dibujar, por fin, su alineación ideal sin tener que recurrir a parches ni inventos, por más que muchos de ellos nos hayan salvado el culo durante los últimos partidos.

Y es importante esto porque nos encontramos, ahora sí, en el tramo más trascendental de la temporada. Atrás deben quedar los lamentos por los errores del pasado y es obligatorio enfrentarse, mirándole a los ojos, a los retos del presente. Porque una vez establecidos en la cuarta plaza, no queda otra que afianzar el lugar y jugarse los cuartos contra el City con la única obligación moral de competir y ver lo que puede pasar. La obligación es estar allí, de nuevo, la próxima temporada, lo otro sería un premio e, incluso, un milagro. Pero aquí estamos, con todos sanos y con un manojo de nervios, ahora sí, agarrotados en el estómago.

martes, 15 de marzo de 2022

Sin carácter

Probablemente, Cristiano no ha jugado nunca un partido de eliminatorias de Champions contra un equipo que defienda tan mal los centros laterales. El otro día, viendo rematar a Negredo cómodamente en el borde del área pequeña, me empezaron a temblar las piernas en previsión de lo que nos va a venir, que no es sino un acogotamiento por balones divididos con dirección al corazón del área que nos va a tener intentando despejar balones durante todo el partido.

Con Godín, con Lucas, con Gabi o con Tiago, este tipo de partidos se jugaban con un valium en las venas porque se sabía no dejar jugar y se gobernaba el área con majestuosidad, pero este equipo sin carácter que hoy tenemos, mucho me temo que se pasará el partido temblando y enviando balones a ninguna parte para que los centrocampistas del United, una y otra vez, vuelvan a percutir.

Es por ello que no soy nada optimista de cara al partido de esta noche. Y mira que de todos los rivales posibles que había, no nos ha tocado el más complicado, pero no es el Atleti, ahora mismo, uno de los ocho mejores equipos de Europa y me cuesta verle luchando más allá en la competición. Estamos plagados de bajas, los que juegan están mucho peor que el año pasado y, además, no les veo con el cuajo suficiente como para salir al campo y decir, chicos, somos el Atlético de Madrid. Este equipo, mal que nos pese, no tiene mucho carácter.

jueves, 3 de marzo de 2022

Asombro

Asombro por encontrarme en la tele, en directo, un partido de juveniles en el que el equipo visitante juega como si fuera local, empujado por los suyos, conducido en volandas por el espíritu de una camiseta que les insufla energía y valor, coraje y corazón, escudo y orgullo. El Atleti no sólo ganó al campeón del torneo sino que lo hizo a domicilio y defendiendo como si fueran soldados del ejército más disciplinado del mundo.

Asombro por ver jugar a Pablo Barrios, un compendio de técnica y energía al servicio de un equipo en busca de un líder. Un futbolista capaz de defender un ataque rival y, un pestañeo más tarde, estar conduciendo un contraataque junto a sus compañeros, un tipo que marcó dos goles sublimes, que se puso el mundo por montera y nos dijo a los atléticos que quizá, si se apuesta fuerte por él, tengamos centrocampista durante unos años.

Y asombro por ver que los de siempre han vuelto a hacer el ridículo de la peor manera. Estamos en el año 2022 y algunos creen que siguen viviendo cuarenta años por detrás; no bastó con ir a insultar a un equipo de juveniles sino que se recrearon de la peor manera vejando de manera racista a un chaval por el hecho de tener un color de piel más oscuro y una camiseta más clara. La realidad es que aquí, el asombro se convierte en vergüenza.