viernes, 31 de mayo de 2019

El ciclo sin fin

Si hay algo que funciona de manera perfecta en la pre pretemporada atlética es la venta de humo al mejor postor. Suele ocurrir todos los años y es algo que se agrava aún más en los años en los que el equipo vende a una de sus estrellas y debe convencer a la afición para que se abone en masa sin saber que la afición no necesita un reclamo para querer a su equipo sino una directiva que no se ría de ellos en su cara.

Los años me han curtido de una manera tan severa que me he decidio por no creerme nada. Han sido demasiadas las ilusiones y muchas más las decepciones como para terminar creyendo en algo que al final no va a suceder. No hagan caso a las portadas y mucho menos a las noticias. Apunten, si quieren, el carrusel de nombres para luego pagar cuentas con ustedes mismos. Cuando los fichajes se acaben confirmando, comparen los nombres que se suscitaron con los nombres que se confirmaron. En la mayoría de las ocasiones hay siempre una diferencia notable.

Porque, para tener concisas las probabilidades, hay que tener en cuenta que el Atleti no está en el mercado de las estrellas. Jamás podrá competir contra la Premier por un delantero de nivel y, mucho menos, podrá disputarle a Madrid y Barça el fichaje de una estrella. Así, pues, para ser capaz de reconducirse habrá de fichar a alguna promesa en ciernes, confiar en que Simeone la modele y, sin termina funcionando, saber que en pocos años se venderá al mejor postor. Es el ciclo sin fin de un equipo que siempre tendrá difícil enganchar ciclos ganadores, porque nunca habrá una estrella de verdad dispuesta a capitanear la nave hasta el final. Entre todos le matan y él sólo se termina muriendo.

miércoles, 29 de mayo de 2019

Uno de los nuestros

Llegó un vikingo. Lo dijo él. Llego un tipo a un Atleti que devoraba a los futbolistas mediocres y servía de lanzadera para los futbolistas decentes. Llegó imaginando que no estaría allí más de dos años, que quizá, con suerte, haría un par de buenas temporadas y podría conseguir un contrato mejor en una liga más poderosa o en un equipo con mayores aspiraciones. Pero aquel Atleti, aunque él no lo imaginara, necesitaba jugadores como Juanfran.

Y se marcha un indio. También lo dijo él. Un tipo que aprendió pronto la idiosincrasia del club, que se vinculó tanto, sentimental y profesionalmente, que dio el doble de lo que tenía. Simeone, que llegó buscando gente esforzada, encontró un nutrido grupo de hombres dispuestos a ir a la guerra, sin miedo, sin condicionantes, sin ahorros. Y allí, desde el lateral, puesto que ocupó durante todo el ciclo glorioso, se convirtió en el hombre que ganó la banda y ganó, sobre todo, el cariño de miles de seguidores.

El esfuerzo y la honradez son dos valores que, pese a su cotización al alza, no todos los futbolistas son capaces de llegar a mostrar. Juanfran fue un esforzado porque tiró de orgullo cada vez que encontraba un límite ha sido honrado porque ha sabido decir adiós cuando ha visto que llegó su hora. A nosotros ya no nos importan los errores porque querer a alguien es un ejercicio que va más allá incluso de los aciertos; querer a alguien signfica saber que ese alguien es de los tuyos. Y Juanfran, más allá de una incidencia puntual, será siempre uno de los nuestros.

martes, 21 de mayo de 2019

Reestructuración

La reestructuración es un proceso complejo porque requiere audacia y mente fría. Requiere de un análisis de un compromiso. No podemos volvernos locos con mil nombres y empezar a creer que de todos los rumores vamos a formar un equipo sino que habrá que dejar pensar al Cholo y saber que, aunque no le van a dar todos los mimbres que desee, al menos, los deshechos de tienta a los que tenga acceso, sean los que él quiera.

Será difícil recomponer la defensa porque en el cimiento se fomentó la credibilidad de un proyecto que llegó a tocar la gloria. Con Giménez al mando de las operaciones, habrá que ser consciente de que será necesario un tipo duro que sepa hacer de la competición su modo de vivir porque no sólo se nos ha ido un capitán, sino que se nos ha ido un trozo del escudo.

En el medio sería vital la presencia de Rodri porque ha demostrado que debe ser un pilar sobre el que construir la base del equipo. Vale que tenga cosas que aprender, pero quién no tiene que hacerlo con veintidós años. Posicionarse mejor, saber girar, arriesgar, conducir la pelota, pero tener en el centro a un tipo que no se equivoque con la pelota es todo un tesoro. Desde él deben dar un paso al frente Saúl y Koke, porque de ellos es ahora la capitanía y de ellos depende el futuro carácter del equipo.

Y arriba, habrá que saber si queremos volver a ser toro y queremos volver a intentar ser torero. Si vamos jugar directo con dos delanteros centro o vamos a meter a un tío entre líneas para que conecte a los medios con el punta. Porque desde la manera de defender se buscan los objetivos, pero desde la forma de atacar se encuentran las soluciones.

Pero para saber todo eso necesitamos fe en el Cholo y confianza en su poder de persuasión. Nos queda él, el que nos devolvió a los sueños en color, así que no deberíamos desdeñar su poder de convocatoria. Si quien venga, sea quien sea, consigue creer en él y si los que se quedan, vuelven a creer en su palabra, que no dude nadie de que volveremos a ser un equipo molesto.

jueves, 16 de mayo de 2019

La mirada siempre hacia el lugar equivocado

Andan los medio más pendientes de medir nuestro grado de irritación que de medir el grado de culpabilidad en la marcha de nuestra estrella capítulo nosecuantos. Ya van tantos los que han terminado eligiendo un destino más glamouroso que hemos terminado por perder la cuenta y, sobre todo, cerrar las heridas. En el fondo todos sabemos que, tarde o temprano, se terminarán marchando porque el Atleti no es un club deportivo sino un bazar todo el mundo tiene puesta la etiqueta con su precio.

Hace ya mucho tiempo que el Atleti concibió a sus jugadores como un simple activo con el que hacer caja. Clink, clink, y los ojitos, como en las películas de dibujos, completados con el signo del dólar. Porque quien no siente el club con pasión prefiere dar vueltas por la M-30 durante los partidos y saber sacar tajada de cada una de las operaciones. A estas alturas ya da igual lo que quiera o deje de querer Griezmann, porque ya supimos por Torres, por Agüero, por Falcao, por Costa o por Arda, que los jugadores siempre juegan donde quieren. Y nunca, qué casualidad, escogen al Atleti.

La dirección deportiva, en este equipo, es unidireccional e implica vender bien todo lo que bien se mueva. De esta manera, cada cláusula de rescisión es una invitación al comprador ajeno a atravesar las puertas del Metropolitano. "Pase usted", todo esto está en venta. Y así pagan ochenta por Lucas, ciento veinte por Griezmann y pagarán setenta por Rodrigo. Pero esto no acaba aquí, el año que viene será Oblak y al otro cualquier otro jugador que haya despuntado y cuyo precio sea una ganga para los más poderosos. Porque en este bazar, mientras los dueños sigan riéndose en la cara de sus sufrientes empleados, se seguirá viviendo un culebrón por verano.

miércoles, 8 de mayo de 2019

Gracias, Faraón

No es la primera vez que tengo que regresar al pasado para rescatar un post y pedir perdón en este humilde blog en el que trato de contar y discernir mis pensamientos como atlético y mis vivencias como pésimo analista. Los principios no eran fáciles no porque me faltasen las palabras sino porque el equipo vivía en esa deriva que le conducía hacia la catástrofe final temporada tras temporada. En una de esas y tras una derrota vergonzosa (una más de las de la época), me saqué un post titulado "La bula" en el que venía a decir que Godín era un tipo más que dudoso con el fin de defender al único que, por entonces, se llevaba todos los palos cuando eran todos los que fallaban; Luis Amaranto Perea.

El caso es que ambos, con el tiempo, se terminaron convirtiendo en los jugadores extranjeros que más veces han vestido la camiseta del Atlético, pero mientras el Colombiano dejó a un Atlético lleno de expectativas y falto de objetivos, Godín continuo para liderar defensivamente a un equipo que ha marcado una historia en nuestros corazones. Definitivamente Godín no tuvo bula sino que sufría contagio competitivo y demostró que, cuando el equipo se vestía a su nivel, podía llegar a ser el mejor defensor del planeta.

Es por eso que hoy le pido perdón por aquello y le doy las gracias por todo lo demás. Gracias por aquel gol en el Camp Nou y por el gol en Lisboa que nos hizo soñar durante una hora, pero gracias, además y sobre todo por todo lo intangible y que te ha convertido en el líder defensivo del equipo de nuestro corazón. Un señor dentro y fuera del campo que ha preferido irse en silencio aun teniendo cosas que decir para no dejar un regusto amargo con verdades que hubiesen escocido a dos prescritos. El Atleti sigue perdiendo a sus referentes de manera más que peligrosa. Quizá algún día, de seguir así, este blog vuelva a tiempos pretéritos y tengamos que echar de menos a tipos como al que hoy damos las gracias.

Gracias por todo, Faraón.

lunes, 6 de mayo de 2019

Encomiable

El Barça terminó ganando la liga, es algo que, tarde o temprano, todos esperábamos que terminase sucediendo. Había apostillado el campeonato en su encuentro ante nosotros y ya sólo era cuestión de tiempo; un empate allí, una victoria acá, que terminase reafirmando su conquista. Por ello, la labor de oposición que el Atleti ha hecho hasta el último instante, ha sido encomiable, porque no sólo ha obligado al Barça a redoblar esfuerzo, sino que ha mantenido a raya al Madrid en su esperanza por opositar al segundo puesto.

No es poca cosa, para el Atleti, terminar segundo la liga. A parte de obtener un mayor pellizco en los ingresos repartidos, le ofrece la posibilidad de disputar la nueva Supercopa de Europa que se ha inventado la Federación de Rubiales. Jugar un torneo en el que están Barça, Madrid y Valencia y tener la oportunidad de ganarlo, es de un prestigio notable. Quizá ellos no lo entiendan, pero para los que aspiran a un trocito de mar, poder batallar con los dos transatlánticos en un torneo más pequeño otorga una posibilidad de ganarles que apenas ofrece el largo plazo.

Y está, claro está, la parcela de orgullo que significa el poder estar encima del otro equipo de la capital. No han sido muchas las ocasiones en las que esto ha sucedido y hay que presumir de ello pues nos ganan en presupuesto, en masa social, en apoyos institucionales y en poder mediático. Temporadas así, sin ningún título, no significan mucho de cara a la galería, pero al menos el equipo está terminando la temporada con tanta decencia que no cabe menos que agradecerlo.