martes, 21 de diciembre de 2021

Maneras de sentir

Ya lo intentaba esbozar el maestro Sabina en aquel himno apócrifo que no caló y que suelen utilizar los medios cada vez que ganamos un título, qué manera de sentir. Pues sí, sentimos, vivimos, sufrimos, reímos y lloramos, pero cada uno lo hacemos a nuestra manera porque, por más que sean muchos los empeñados en repartir carnets, lo cierto es que el Atleti forma una parte importante de nuestro mundo y sólo nosotros sabemos como sentirlo.

Viene esto a colación por la cantidad de voces que inundan la redes cada vez que los que sentimos esto como una razón de ser, nos enfadamos después de una derrota. Yo sólo quiero hacer saber que me molesta mucho que pierda el Atleti y me molesta aún más que lo haga sin competir, pero en mi vida voy a poner a Simeone en la picota porque sé lo que nos ha dado y lo que aún está dispuesto a dar, eso sí, a todos ellos les dejo una cosa bien clara, yo no soy del Diego Pablo Simeone, soy del Atlético de Madrid igual que lo seguí siendo cuando cada uno de mis ídolos de fue marchando dejando un vacío en el presente pero una huella en el pasado.

Y luego están los que no terminan de asumir la condición de equipo grande y te hacen evocar tiempos peores. "Entonces éramos mejores" o "bienvenidos a los tiempos difíciles" o "ojalá vuelvan aquellos tiempos", o te nombran a Manzano o a Musampa haciéndote creer que no mereces vivir esto y que si te quejas es porque no sabes agradecer que estés viviendo por encima de tus posibilidades. Y yo a ellos les digo que mientras ellos "disfrutaban" sus años plomo, a mi padre, que había visto jugar a Luis, Gárate y Adelardo, se le caía el alma. Y que yo exijo un equipo grande porque el Atleti es un equipo grande. Y le agradezco a Simeone todo lo que ha hecho y ojalá esté diez años más, pero me seguiré enfandando cuando perdamos porque lo siento así y no voy a cambiar.

martes, 14 de diciembre de 2021

No es nuestra temporada

Resulta increíble comprobar como un equipo campeón se puede caer en tres meses. Es el tiempo que ha pasado desde que comenzó la temporada hasta hoy, recién derrotados en un derbi, a un mundo de la cabeza de la tabla y con la perspectiva puesta bajo cero en la Champions donde nos ha caído en suerte a nuestra peor pesadilla. Como para soñar muy alto.

Está claro que esta no es nuestra temporada. No sé si tendrá algo que ver, pero el capricho de Griezmann parece estar saliendo caro, no sólo ya porque juegue por decreto sin haber demostrado ni la mitad de lo que es capaz, sino porque el grupo está dándose cuenta de que aquello de jugar por méritos se está cayendo y puede llegar a viciar la convivencia. Porque ¿Para qué me voy a esforzar si este tipo termina siempre jugando?

Es, sin duda, el peor momento en la era Simeone en el Atlético de Madrid. Y todos confiamos, como Mesías nuestro que él, que lo que él ha sido capaz de deslavazar sea capaz también de arreglarlo, que haga creer de nuevo al grupo que puede recuperar la identidad, que los favoritos deben jugar por méritos y no por decreto y que aún hay tiempo de recuperar terreno perdido y hay dos trofeos en el horizonte por los que se debe pelear; Supercopa de España y Copa del Rey. Dale, Atleti.

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Me gustaría ser optimista

Me gustaría ser optimista, pensar que en la segunda parte de Cádiz comenzó la revolución, que ese cambio en el esquema con De Paul en el eje y Koke y Lemar cayendo a la derecha para potenciar a Llorente fue el principio de una buena racha, que cuatro goles, todos exquisitos, van a convertir al equipo en un cohete moral y va a despegar hasta conseguir alcanzar el cielo y llevarnos a todos hasta el éxtasis. Pero no puedo.

Mis reticencias comienzan en el propio Cádiz, un equipo de poca enmienda que atraviesa su peor etapa desde que regresó a Primera. Ha perdido su énfasis defensivo y con él ha perdido casi toda su capacidad para competir. Digamos, pues, que se trataba del rival idóneo para olvidar las penas y aún así jugamos contra ellos una de esas primeras partes tan insípidas a las que estamos acostumbrados y que tanta desolación nos dejan en el corazón.

Y las reticencias continúan y terminan en lo que nos espera más allá del Mallorca que, no por parecer fácil dejará de costar, porque el Atleti no está hoy ni para flores ni para cardos. Los esperan el Oporto, el Madrid y el Sevilla, los tres de manera consecutiva, sin dar lugar a tregua, cada tres días, a domicilio y jugándonos, en una semana, toda la temporada cuando ni siquiera hemos llegado al ecuador de la misma. Y yo repito que me gustaría ser optimista, pero no puedo.