miércoles, 27 de julio de 2011

La vida sigue igual

Al final llegó el portero (que no hacía falta) y se nos va el delantero (el que nos da la vida). Dicen que llegará otro igual o mejor (no existe) y se inflará un traspaso para hacer amigos (en el Espanyol se frotan las manos). Mientras tanto, papeles impresos y webs amigas siguen con su carrusel de mentiras (Diego, Rossi, Griezmann, Valero...) y la verdad es que aquí no llegan más que jugadores de segundo nivel (Gabi, Adrián, Miranda, Silvio).

Hace años, otro portero (de uñas y sin guantes estamos) dejó la calle de al lado (al enemigo ni agua) para emprender una exitosa carrera como cantante (dejó de cantar bajo los palos para hacerlo bajo los focos) y en su primer éxito nos dijo aquello de "la vida sigue igual" (El Atleti, las medianías, la desplanificación deportiva).

"Y al final (¿Cuándo llegará el final?), las obras quedan (sólo queda una lágrima por el recuerdo del Atleti que un día fue y ya no es), las gentes se van (Torres, De Gea, Agüero...), otros que vienen las contínuaran (jugadores de segunda que aportarán su granito de arena en la caída hacia el vacío), la vida (Gil Marín, Cerezo, la prensa, las mentiras, la afición anestesiada) sigue igual".

Pues eso.

viernes, 22 de julio de 2011

Lo que nos espera

El esperpéntico ridículo de anoche solamente es una pequeña dosis del banquete de fiascos y bodrios que nos espera. Alguno puede venir aquí a censurar la impaciencia y a decir que sí, que se jugó mal, pero que a estos menesteres estamos acostumbrados y que faltaban varias piezas para completar el engranaje ¿Qué piezas? Ni Tiago, ni Elías, ni siquiera Forlán van a arreglar esto. Tampoco lo podrá hacer Koke porque sabiendo como funciona el sistema interno del club, las palabras jóven y cantera no casan. Después de pegar tiros al aire vendrán con un par de nombres y la gente se lo seguirá creyendo.

Nunca fui de los que pedí goles a mansalva en los partidos de pretemporada, siempre fui consciente de la categoría de ensayo que tienen estos torneos de tercer nivel, pero una cosa es perder un partido y otra cosa es reírse de la gente. Solamente con pensar que algún niño granadino hubiese pedido a su padre que le llevase al campo para ver al Atleti, debería haber provocado una corriente interna en cada uno de los jugadores. Se juega como se entrena, dicen los entendidos. Pues bien, si estos partidos son considerados como un entrenamiento de cara a la temporada, entonces podemos concluir que el Atleti no sabe ni entrenar.

Lo del primer partido hubiese tenido un pase si no hubiese sido porque el Granada aún estaba de vacaciones. Apenas unos días después de emborracharse por el ascenso y tres días después de cambiar la playa por los petos, el equipo superior parecía el local y el sparring parecía ese equipo que un día fue grande y hoy solamente pasea su desprestigio por los campos de Dios. Pero peor aún fue lo del Besiktas; la lección de apatía que mostraron Mario Suárez, Antonio López y Adrián es para ponerlos contra la pared y hacerles copiar mil veces qué no se debe hacer en un campo de fútbol. El resto, en su línea, desorganizados y faltos de nivel. Excepto César y Pedro. Pero ya se sabe, en el funcionamiento del club, joven y cantera son dos conceptos que no casan.

miércoles, 20 de julio de 2011

Jugadores de segunda

La calidad, sin carácter, termina siendo un bonito adorno. Al talento y a la inteligencia táctica, hay que añadir siempre una perfecta preparación física y, sobre todo, una buena inteligencia emocional. Nadie puede alcanzar un balón si cree que no puede hacerlo y nadie puede derribar a un defensa si le tiemblan las piernas con un par de entradas fuertes. Adrián es un tipo hábil, talentoso, perspicaz, pero le falta tiempo de cocción y ha perdido en el camino el proceso de maduración.

Andamos inmiscuidos en cada palabra de noticiero para conocer cuál será el paradero del Kun y mientras soñamos con un sustituto a la altura de la historia, el club nos pone de bruces frente a la realidad y nos presenta un delantero de segunda. Ciento veinte partidos en primera y diecisiete goles. Si estos son número de un delantero para el Atleti, entonces esta es una prueba más de que este ya no es el Atleti.

lunes, 18 de julio de 2011

Humo

Tras el humo hay mundo pero no puede verse, tras el humo hay una verdad disipada y una mentira mal contada. Delante del humo hay sueños vencidos y palabras que viajan con el viento. El humo ciega la razón y descompone el sentido común, el humo tiene nombre de Manchester City y la verdad, como una novia de altar y esperanza, viste de blanco.

Este humo que ciega nuestra consciencia se genera para ganar tiempo, para no rasgar más las heridas y para no espantar una liebre que hace tiempo salió huyendo de su madriguera. Y la novia, en espera de su vestido blanco, es ese Agüero al que ya no reconoce ni Dios y que hace meses dio el sí quiero para rompernos el alma por la vía de la infidelidad clandestina.

Así pues, mejor no creer en titulares, mejor no sopesar esos párrafos y mejor masticar la realidad como un bocado de carne cruda. El Kun quiere jugar en el Madrid; ni lo ha negado, ni lo ha desestimado. "Sin condicionamientos", dijo primero, "No soy hincha del Atlético", dijo después. Es blanco y está en botella. Sueños rotos y sueños cumplidos. Almas rotas y odio eterno. Y mientras tanto, otros, siguiendo los preceptos de su profecía, cumplirán con su palabra; "Si el Kun se va, contaré los billetes".

jueves, 14 de julio de 2011

Al Atleti ni en pedo

Dentro de los valores que me inculcaron desde pequeño estaba aquella premisa que me obligaba a mostrarme convencido ante una mano tendida y capacitado para aceptar una ayuda sabiendo que a quien da, a veces, le gusta recibir. Una sonrisa, una palabra o un gesto, a veces bastan para desactivar un afecto. De pequeño me dijeron que es de bien nacidos el ser agradecido y en tales premisas intento caminar por la vida con la cabeza alta y la conciencia tranquila.

No hace demasiado tiempo, en un ejercicio de populismo irracional, Agüero se destapó ante el mundo proclamando aquello que al Madrid ni en pedo. Era una manera de decir que se sentía rojiblanco, que notaba el calor del oso y el madroño junto al corazón y que para tener una grada a sus pies no había mejor fórmula que la de agraviar al rival. Hubo muchos que se creyeron la declaración de intenciones y, como además, el chaval demostraba habiliad y talento en el campo, fueron más los que nos precipitamos a colocarle en el particular salón de la fama de nuestra memoria.

Claro, que quien sabe vender demagogia también es experto en la venta de humo, en la marcha atrás y en la palabra de deshonor. En cada declaración actual, en cada media sonrisa bobalicona y en cada gol celebrado con despecho, deja una sombra de lo que ya no será; un futbolista leal. No me molesta que se quiera marchar e incluso podría perdonarle vistiese de blanco, pero me enfada demasiado que no sepa ser agradecido y, por ello, se haya convertido en un mal nacido. El Kun de ahora apunta y dispara hacia nuestros corazones ¿Al Atleti? Ni en pedo.

martes, 12 de julio de 2011

Balonmano

Uno de los mejores recuerdos en rojiblanco que me dejó la infancia fue el de los intensos partidos de balonmano jugados en Magariños entre el Atlético de Madrid, por entonces uno de los mejores equipos de España, y otros rivales de vetusta enjundia como Teka, Bidasoa o Granollers. En lo alto de la disputa estaba siempre el Barça quien, una vez que el gilismo desdibujó la sección, se aprovechó de la coyuntura para fichar a jugadorazos como Lorenzo Rico, Hermida o Cecilio Alonso.

De las ligas de los ochenta se pasó a la mediocridad de los noventa y así naufragó el barco hasta que terminó despareciendo con la impropiación indebida y la conversión del club en sociedad anónima. Serán muchos los que recuerden aquellas retransmisiones en la dos con Luis Miguel López narrando goles en un "adentro" que le salía del alma y con Juan de Dios Román junto a la línea lateral impartiendo cátedra desde el banquillo.

Ya no estarán López ni Román, pero el Atlético de balonmano regresará a la dos, regresará a la alta competición y regresará a la Asobal. Habrá quien empiece a aplaudir la medida sin haber hecho análisis de las condiciones. No sabemos con qué presupuesto contamos, no sabemos donde vamos a jugar y no sabemos con qué equipo vamos a contar. Ciudad Real fue un megaproyecto y esto es una vuelta a empezar. Empezar de cero no es malo, lo malo es dibujar un proyecto solamente para desviar la atención y lo malo es creerse el rey del baile sin que la música haya empezado a sonar.

domingo, 10 de julio de 2011

Habrá quien se lo crea

Siempre habrá un iluso que se lo crea, siempre habrá un pobre hombre, dispuesto a soñar, presto a dejarse llevar, que se levante un lunes, pida un ciento tres con castellana y lea en el periódico que el Atleti ha ganado un partido por diecinueve goles a uno. Habrá quien empiece a imaginar un equipo que desborda, que contraataca, que fulmina al rival, que golea. Habrá quien no sepa que el Atleti jugó ayer por la tarde contra una banda de amiguetes que venían de pasar un fin de semana en Pamplona.

Claro, que habrá quien se crea aún con más fe aquello de los jóvenes valores que están locos por vestir la rojiblanca. Primero es uno de los comparsas del dúo prescrito quien publica que el Atleti anda detrás de Thiago y algunos ya empiezan a afilar el colmillo. Y luego es el otro comparsa quien habla de Griezmann y el resto del planeta rojiblanco comienza a salivar. Es el humo nuestro de cada día, como rezarían los dos de la bicefalia, danosle hoy y perdona nuestras ofensas.

Y hay otros que, ilusos ante la propaganda, también se creen aquello de que el aficionado atlético no perdonaría al Kun. Se trata de alejar el sentimiento, de desarraigar el pasado, de hipotecar el futuro y de allanar el camino hacia el odio. El primer paso lo dio el jugador, el segundo lo dio la directiva y el tercero lo da la prensa. Ya está el camino recorrido, ahora le toca al Madrid abrir la puerta y todos tan contentos. Incluso los que se lo creen todo. Esos, seguro que son los que más contentos están.

jueves, 7 de julio de 2011

Papelón

Siempre profesé una admiración irrefrenable hacia el Cholo Simeone, sin embargo, en aquellos días de doblete, cuando observaba como mis amigos se rendían a la entrega de Diego Pablo, yo siempre miraba hacia otro costado del campo y buscaba, con la mente plagada de sueños, la carrera lenta, prácticamente cansina, de José Luis Pérez Caminero. Aquella manera casi torpe de trotar, aquella manera de rebañar el balón sin necesidad de esforzarse, esa conducción tan elegante y esa puntilla en las inmediaciones del área, me convirtieron en aunténtico fan de sus capacidades. Cuando la gente aclamaba al Cholo yo les aplaudía y añadía la puntilla: "yo soy más de Caminero".

Pero el Caminero futbolista quedó en el camino una vez marchó a Valladolid para jubilarse y una vez despidió a nuestras memorias para que se pusieran en pie. El de hoy, al igual que su trote pesado, tan solo conserva la torpeza a la hora de sacar a pasear la garganta. Se comió el papelón de De Gea después de asegurar que contaba con sus servicios y ayer volvió a salir a la palestra para recitar, palabra por palabra, el dictado que le habían escrito sus jefes; hacerse el remolón con el Kun para que luego, cuando llegue la traición nadie mire hacia el palco. Quieren hacer creer que ellos quieren al jugador, que no necesitan el dinero y que ambicionan un proyecto ganador. Cuando el jugador vista de blanco, el dinero esté en los bolsillos del dúo prescrito y el proyecto vuelva a quedarse cojo por duodécimo año consecutivo, dirán que fue el Kun quien no quiso jugar en el Atleti. Menudo papelón, Cami. Tu elegancia, por lo que veo, se quedó perdida en el recuerdo de días mejores en el Vicente Calderón.

martes, 5 de julio de 2011

El chico que sólo servía para ser contable

Gabriel entró como becario en la multinacional y pronto destacó por sus conocimientos sobre el Plan General Contable. Tan bien practicaba el arte de cuadrar asientos que el jefe de departamento optó por darle una oportunidad y le nombró adjunto al segundo contable de planta. Allí, más sometido a la inmediatez y urgencia del resultado, Gabriel se sintió incómodo y el jefe, que había visto buenas aptitudes en él, optó por mandarlo, para que se foguease, a una de las pequeñas filiales del grupo. Allí, con un volumen de facturación mucho menor y unas exigencias de tercer orden, destacó como un contable solvente y eficaz. Tales fueron sus progresos que el director de la multinacional optó por volver a reclutarle y le hizo responsable de planta; durante los primeros meses, se vio torturado con infinidad de trabajos, el chico ponía empeño pero los papeles se le acumulaban y tuvieron que contratar un becario para que le echase una mano; el becario que era mucho más avispado y charlatán, movía un par de pilas a primera hora y después se pasaba el día junto a la máquina del café y mirando el culo de las secretarias. Al final, la empresa obtuvo un balance negativo, Gabriel no pudo entregar los informes y se le enseñó la puerta de salida. Al menos, pensó, tenía currículum, y ello le sirvió para fichar por otra empresa algo más modesta. Allí, pese a sus conocimientos, le costó encontrar el ritmo de trabajo aunque sus nuevos jefes se lo perdonaron achacando el bajo rendimiento a la depresión, el estrés y demás síntomas psicológicos exportados desde su anterior trabajo. Gracias a la paciencia y al reconocimiento, Gabriel fue sacando balances, cuadrando cuentas de resultados y hasta aprendió a blanquear dinero. Tan bueno fue su trabajo que sus nuevos jefes le ofrecieron un aumento de sueldo. Pero entonces aquella multinacional que tanto había dudado de su capacidad volvió a llamar a su puerta; "hemos visto lo que has evolucionado", "te doblamos lo que te ofrecen", "nuestra empresa es tu verdadera casa", "serás nuestro nuevo director financiero". Y Gabriel, que sentía una espina dentro de sí y esperaba demostrar que él no era un simple contable, dijo que sí, regresó y hasta fue presentado en sociedad en una sala repleta de periodistas.

Aquí acaba la historia de Gabriel el contable y aquí vuelve a comenzar la historia de Gabi, el futbolista. El chico prometedor de la cantera del Atleti que hizo un temporadón en Getafe y que no supo soportar sobre su espalda el peso de la rojiblanca. Ha madurado en Zaragoza y ahora, más que el niño que marchó para escapar de la depresión, es un hombre curtido en las bajas tabernas de la liga. Preparado o no para el reto, mcuho me temo que Gabi, en el Atleti, sólamente servirá para ser contable y nosotros, lo que necesitamos, es un director financiero.

lunes, 4 de julio de 2011

Con lo que hay

El Atleti vuelve al tajo y echo un vistazo a la lista de jugadores que se concentrarán durante los próximos días en Los Ángeles de San Rafael; pestañeo, vuelvo a leer, vuelvo a pestañear, falta alguien, no falta nadie, Agüero no volverá, De Gea tampoco, a Forlán ya no se le espera ¿Esto es lo que tenemos? Sí. Me siento tan invadido por el desasosiego que se me quitan las ganas de seguir escribiendo.