martes, 25 de octubre de 2022

Montaña rusa

La montaña rusa en la que nos ha montado el Atleti durante esta temporada nos tiene aturdidos, con miedo en instantes previos, con euforia en algunos descensos y con furia desmedida al final de algunos giros, porque el Atleti se ha empeñado en hacer de un tobogán su temporada, de un doble loop sus partidos y de un final inesperado sus pronósticos.

Porque igual se puede ganar en Valencia y Sevilla que no ser capaz de hacerle un gol al Brujas en dos partidos, porque se puede ser un titán en Bilbao y, a los tres días, ser un gatito inofensivo contra un Rayo capaz de ponerte contra la cuerdas y ser merecedor de llevarse el partido, porque hemos jugado en liga en campos infernales y no hemos perdido ninguno mientras no hemos sido capaz de ganar en los campos del decimocuarto de la Bundesliga y el tercero de la liga belga.

Por eso estamos expectantes, y muertos de miedo también, ante el crucial choque del miércoles ante el Bayer Leverkusen. Porque después de ganar en el Villamarín mostrando solidez y contundencia durante tres cuartos del partido, lo lógico sería pensar que vamos a ganar a los alemanes y poner la vista en el definitivo duelo de Oporto, pero, amigo, lo mismo sale el Atleti apático de tantas tardes, se cae por el pozo de la desidia y la frustración y caemos en picado a la eliminación de la Champions. Porque en esta montaña rusa, todo es posible.

lunes, 17 de octubre de 2022

Cuando el Atleti se parece al Atleti

Cuando el Atleti se parece al Atleti, los rivales ponen cara de mascar chapa, se encuentran con un muro constante, han de dar el doble de lo que necesitan, corren sin conocimiento y muchas veces ven sus frustraciones estrelladas contra un muro. Las ocasiones son cuentagotas, el balón encuentra un pulpo de ocho piernas y un coloso de diez brazos, las carreras son resuellos y los duelos son combates. Los finales son agonías y los principios son desganas.

Cuando el Atleti se parece al Atleti, nuestros jugadores son titanes, ídolos de acero, dioses en pantalón corto a los que sabemos adorar. Los robos son un ejercicio de fe y las llegadas un programa de finalización exacta. Las combinaciones se hacen con la cabeza levantada y los hombros firmes, los controles se orientan hacia adelante y cuando se pierde un balón, el equipo va en bloque a defender a su compañero.

Cuando el Atleti se parece al Atleti, nosotros somos las personas más orgullosas del mundo, se nos escapan los piropos, los gritos se convierten en canciones de alegría, el bufandeo, siempre sincero, se convierte en coreografía, los pulmones se hinchan, las manos se calientan, la garganta se enciende, los ojos se humedecen y dormimos a pierna suelta porque sabemos que somos hinchas del mejor equipo del mundo.

Ojalá el Atleti se pareciese más veces al Atleti.

lunes, 10 de octubre de 2022

Jugamos muy mal

Jugamos muy mal. Porque el equipo no termina de encontrar el esquema de juego, porque Witsel aún no se ha acoplado al mediocentro, porque los laterales son carrileros y no ayudan en la iniciación, porque Koke se encuentra solo en tres cuartos y porque, como cada año, falta calidad al tiempo que sobran excusas.

Jugamos muy mal. Porque la jerarquía, a un equipo, se la dan tres posiciones; el cuatro, el cinco y el nuevo y nosotros ahí tenemos a un cojo (que me perdone Giménez), a un viejo (que me perdone Witsel) y a un inútil (que me perdone Morata), y sin mimbres es difícil hacer un cesto y sin cesto es muy difícil recoger una cosecha medianamente provechosa.

Jugamos muy mal. Porque no sabemos presionar la salida de balón del equipo contrario y sus mediapuntas encuentran siempre un océano entre líneas, porque cuando recuperamos, si lo hacemos, existe todo un mundo por recorrer entre el delantero que conduce y los apoyos que siempre llegan desde atrás. De esta manera cualquier contragolpe se difumina, cualquier pelota termina atrás y cualquier falta de ideas termina en un pelotazo arriba. Y de nuevo, vuelta a empezar y vuelta a sufrir, porque jugamos rematadamente mal.