martes, 18 de junio de 2019

Un equipo peor

Vale que hasta ahora son todo suposiciones, vale que estamos hablando de rumorología y no se está concretando la oficialidad, vale que estamos haciendo ciencia ficción comparando lo que se va con lo que se viene, vale que nos va a costar asimiliarlo, pero vamos a ser realistas antes de darnos la hostia del siglo.

Lucas por Hermoso; se va un campeón del mundo, polivalente, fuerte, con un fino conocimiento del oficio y llega un central algo tosco, limpio, pero con carencias en el giro. Godín por Felipe; se va un capitán, un guerrero, el alma del equipo y llega un tipo que tiene treinta años y un pasado incierto por detrás. Rodri por Llorente; se va el ancla del equipo, el futuro de la selección, el hombre que cambiará al City y llega un jugador residual, que apenas ha jugado en dos años y cuya tortuga se le va escapando poco a poco. Griezmann por Joao Félix; se va un balón de bronce, la estrella de una Francia campeona, el hombre que cambió su juego por el Atleti, el hombre que se hizo grande en el Atleti y llega un muchacho con mucha calidad pero mucha incertidumbre.

El equipo, a priori, es pero e incluso, en algunos aspectos, mucho peor. Es un aviso para navegantes, para aquellos que se ilusionan con poco y luego exigen mucho. El Atleti, con lo que tenía, ha peleado durante un lustro, como un titán para colarse entre los dos transatlánticos de la liga. Si con poco no consiguió mucho, con menos no va a conseguir mucho más.

viernes, 14 de junio de 2019

Lo sé desde marzo

No se piensen que aquí soy yo el tonto cuando los auténticos pardillos son ustedes. Hace tiempo que tiramos un cebo y picaron como tontos mientras jugábamos a mirar hacia otro lado, hacernos los ofendidos y decir que los futbolistas juegan donde quieren. De esta manera vendimos al Kun, a Arda Turan y a Griezmann, y de esta manera conseguimos hacer clink clink caja mientras el equipo perdía calidad y eran ustedes los que terminaban insultando al futbolista.

No se piensen que soy yo el tonto porque lo sepa desde marzo, porque le haya fastidiado la exclusiva a ese francés que ustedes tanto odian y al que yo puse una cláusula accesible. No soy yo el tonto, desde luego, y mientras hemos guardado silencio, aún sabiendo que el tipo se iría a uno de nuestros rivales en la liga, hemos inclinado la cerviz e interpretado el papel de vícitimas, porque, aunque lo sabíamos desde marzo, para qué vamos a andar con guerras que no nos interesan si nuestro papel es el conseguir que la ira vaya siempre dirigida al jugador y nunca hacia el palco.

Que no, que no soy soy el tonto, que son ustedes los que están enfrascados en guerras perdidas como la revindicación a un escudo que no vamos a reestablecer, como la petición de una estatua que no vamos a poner o como la apelación a unos nombres en el paseo de las leyendas que no vamos a quitar. Mientras tanto, nosotros vamos desmantelando al equipo que tanto esfuerzo le costó al Cholo hacer creer en la victoria y, mientras vamos perdiendo calidad y compromiso, ustedes siguen sin mirarnos, porque no somos nosotros los tontos. Nosotros somos los que salimos en las listas Forbes y ustedes los que se pegan entre sí por ver quien entra o deja de entrar en un barco de sentimientos.

lunes, 10 de junio de 2019

Rumore, rumore, rumore...

Llega un punto en el que la desesperación comienza a hacerse palpable, e incluso comprensible, en el seno de la afición rojiblanca. Y lo hace porque, por más que nuestro entrenador nos advirtiese, nos hemos convertido en ávidos consumidores de una ilusión que nunca se cumple. Basta ver como el vecino se deja euros por doquier fichando a quien quiere y cuando quiere para que a nosotros se nos ponga cara de tonto y lo único que sepamos, a estas fechas, es que nuestro jugador estrella ha decidido largarse a pastos más verdes.

Es la vida que nos ha tocado y por la que no hemos hecho demasiado para poder cambiarla. Se van a cumplir, dentro de unos días, treinta y dos años desde que nos robaron el club, desde que nos hipotecaron la ilusión, el punto de partida desde el que nos empezamos a hacer más pequeños mientras otros se iban haciendo más y más grandes. Que nadie se confunda, si el Atleti ha crecido potencialmente en la última década ha sido mérito exclusivo de Simeone, si por los dueños fuese, el equipo hubiese seguido quemando proyectos y vendiendo estrellas hasta el final de sus días.

Por eso Simeone propone pero ellos, que juegan a ser Dios mientras se rinden a los pecados del diablo, son los que disponen. Y generalmente disponen de algún jugador de Méndes, de algún fichaje extraño y de alguna comisión opaca. Y luego, si llega un jugador que cuaja y promete, se encargarán de ponerle una cláusula accesible y poner cara de tontos cuando les llegue la oferta. Mejor no hacer caso a los rumores, vendrá quien ellos quieran que venga y saldrá quien ellos quieran que salga.

miércoles, 5 de junio de 2019

Era una afrenta difícil

Era una afrenta difícil para el Atlético de Madrid B. Un campo que ha vivido temporadas en segunda, un ambiente intenso, fútbol del norte, hombres contra niños, piernas fuertes que se juegan un sueldo contra piernas sin curtir que se juegan un sueño. Cuando la necesidad juega contra la ilusión, suele imperar la lógica de lo terrenal.

Los chicos lo intentaron, claro que lo hicieron. Lo intentaron en la ida cuando trataron de derribar un muro que sabía que contaba con el factor Anduva y lo intentaron en la vuelta mientras trataron de administrar una ventaja conseguida a base de fútbol. Pero el juego tiene intangibles que los chicos aún no dominan; balones largos, prolongaciones, cargas, remates furibundos. Cayeron con honor y sin estrépito. No se les puede pedir mucho más, se les puede exigir seguir aprendiendo.

Porque ellos son el futuro, un equipo sin base es un equipo sin alma. Debemos seguir fijándonos en el mercado, claro está, porque cargar la responsabilidad en los chicos es una temeridad, pero no hay que olvidarlos, hay que ir dándoles cancha poco a poco, hacerles saber que son importantes y, quizá, cuando llegue el día, estarán preparados para representarnos mejor que nadie. Otro año en Segunda B. No pasa nada, lo importante es aprender a jugar y, sobre todo, aprender a competir.