lunes, 25 de noviembre de 2019

Vaya semanita

En clave de humor, la televisión vasca emitió, durante algunas temporadas, un programa de sketch que trataba de dar un repaso a la actualidad y a la idiosincrasia de la sociedad de Euskadi, bajo el título de Vaya Semanita. El Atleti está para poco humor, pero su idiosincrasia le obliga a seguir compitiendo como si no hubiese un mañana. El problema es que lo hay y que el momento no es el adecuado, pero no queda más remedio que apretar los dientes, abrir bien los ojos y entregarse a la pelea porque, risas aparte, vaya semanita nos espera.

Primero la Juve. Con su glamour, con ese Ronaldo que, con todas sus cosas que nos sacan de quicio, nos ha destrozado en Champions siempre que nos hemos cruzado con él, con esa espina aún sangrante que supuso el partido de vuelta de la temporada pasada, con todos los empates fuera de casa que arrastra el equipo, con la reciente derrota en Leverkusen. Con la sensación de que el equipo da lo que tiene y que parece que no puede dar más.

Y después el Barça. Tras el desgaste de Turín, tras saber, o no, si se ha conseguido la clasificación para octavos, tras haberse curtido el lomo contra un equipo que ha hecho de competir su seña de identificación. Un Barça de mal juego, cargado de dudas y con mil defectos. Pero con Messi. Con ese tipo que siempre nos ha destrozado y contra ese equipo al que desde que le ganó Pepe Murcia, ni un sólo entrenador ha sido capaz de meterle mano en el campeonato de liga. Lo dicho; Vaya Semanita.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

A Granada sin cemento

Los fabricantes de cemento de nuestro centro del campo, Saúl y Thomas, forzaron la tarjeta ante el Espanyol para poder estar ante el Barça. Demasiado peligroso ese ejercicio de pretender dar más importancia a un partido por la entidad del rival cuando sabes que tu caminar por la liga, tan titubeante, tan cargado de dudas, te ha enseñado que ningún rival puede ser considerado como pequeño.

Rememorando partidos como el de Leganés, Valladolid o Vitoria, donde el equipo estuvo espeso, falto de competitividad y hasta alarmantemente apático por momentos, nada hace pensar que el partido de Granada vaya a ser mejor. Con el aliciente añadido de que el Granada ha empezado la competición como un tiro y que, tras haber probado la sangre del Barça, tiene en su mente la próxima dentellada.

Y ahí entramos nosotros. Nos van a morder, nos van a apretar, nos van a llevar al límite, y para acometer esa obra de construcción tan plomiza nos hemos quedado sin cemento. Me suelen llamar pesimista y la mayoría de las veces he terminado teniendo razón. No me gustaría ser agorero, de verdad, pero no me gusta, a priori, como pinta el partido del sábado.

lunes, 18 de noviembre de 2019

La hernia de Costa

Podríamos decir que su regreso ha sido un chasco, podríamos calificar su última etapa como una decepción, podríamos considerar que le hemos esperado para nada, que soñábamos con un pasado que no va a regresar mientras dibujábamos ensoñaciones de un futuro que terminó siendo imperfecto. Podríamos decir, con razón, que lo suyo ha sido un coitus interruptus y lo nuestro una desilusión sin igual.

O podríamos decir que ya nos extrañaba a nosotros que no fuese al choque, que no corriese con el ímpetu y la velocidad de antaño, que hubiese perdido el hambre voraz, que no regalase su colección de amagos y regates, que no fuese capaz de chutar bien ni un mísero penalti, que hubiese dejado de ser un cabrón con pintas para convertirse, de la mañana a la noche, en una hermanita de la caridad.

El caso es que sea la hernia o sea el propio futbolista, tanto él, como el equipo, están dejando ir los últimos grandes años de un delantero que demostró ser demoledor cuando pudo y más que útil cuando quiso. Si no quiere o no puede, quizá sea por la hernia, quizá sea porque se ha cansado de ser un personaje que devora al futbolista. Mientras le seguimos esperando, operado o no, seguiremos añorando a ese tipo que un año nos convirtió en campeones de liga con una sucesión de unos a cero con goles cuya firma tenía denominación de origen en Lagarto.


domingo, 10 de noviembre de 2019

Desperdiciando a Vitolo

Vitolo se desperdicia a sí mismo. Su tendencia a lesionarse, a no economizar esfuerzos, a apagarse cuando no empieza bien el partido, le convierte habitualmente en carne de banquillo, en el último cambio recurrente, en la pieza valiosa que no se mueve de su sitio en el mueble no sea que se rompa y se haga mil añicos. Parece que su nombre da más lustre que eficacia al equipo.

Simeone desperdicia a Vitolo. Debe verle entrenar mal, no debe ver en él un tipo apto para cambiar la tendencia del equipo, no termina de confiar en sus posibilidades como no termina de tratarle, futbolísticamente como lo hace con los tipos con los que se juega el tiempo. Ni le da oportunidades ni cree que las merezca. Parece como si quisiera motivarle por la vía del castigo en lugar que por la del premio.

El caso es que Vitolo va cumpliendo años y no termina de despegar en el Atleti, a pesar de que cuando sale el equip encuentra el desborde, a pesar de que cuando juega, el equipo es más vertical, a pesar de que cuando juega, los delanteros encuentran mejores desmarques. Entre todos le mataron y él solito se murió, dice el dicho popular. Vitolo corre el peligro de quedarse en el estanque mientras los demás patos nadan contracorriente y él se convierte en cisne negro desperdiciado por la crítica, la opinión y su propio entrenador.

miércoles, 6 de noviembre de 2019

El partido de la tranquilidad

Ganar hoy tiene más importancia de lo que parece. No sólo porque la clasificación estaría prácticamente en el bolsillo sino porque, si la Juve también lo hiciese, sacaríamos boleto directo para la siguiente fase y podríamos centrarnos durante el próximo mes en la liga sin la ansiedad de sabernos necesitados en liga de campeones.

Un mes en el que tendríamos a viajar a Miami, si Tebas le gana la batalla de la vergüenza a Rubiales, justo antes de enfrentarnos al Lokomotiv. Y un mes en el que tendríamos que recibir al Barça días antes de enfrentarnos a la Juventus. Esos dos partidos, los de liga, jugados sin la necesidad imperiosa de puntos en Champions, serían disputados con la cabeza en el objetivo y la concentración dentro de la verdadera necesidad.

Porque quedar primero es importante, pero no menos importante que pasar. Y si no, basta con recordar a Roma y Qarabag y aquella agonía de diciembre que nos descabalgó la temporada. Los objetivos finales están compuestos de objetivos a corto plazo y el más inmediato es Leverkusen. Una victoria es importante, más importante aún es conseguirla para poder evitar urgencias.

lunes, 4 de noviembre de 2019

El plan de emergencia

Cinco victorias, seis empates y una derrota, hablamos sólo de liga, y en todos un denominador común; una primera parte al trantrán, viéndolas venir, sin juego y sin intensidad y una segunda donde se ve obligado a arreglar el estropicio. Excepto ante el Valencia, donde el primer tiempo fue notable y el segundo un esperpento por querer jugar a lo que ya no puede, en todos se forzó a un plan de emergencia porque sabía que los puntos se le escaparían, habiéndose escapado, casi todos, en cada ocasión.

Parece como si llegasen al descanso y se mirasen a los ojos para decir; "Oye, que no somos tan malos" y se viesen obligados a remar contra corriente, nadie sabe si por actitud de los futbolistas o por orden ministerial. El caso es que el equipo regala puntos porque regala tiempos y así, poco a poco, se va desangrando con el único consuelo de que los dos equipos poderosos de la liga andan dubitativos y no se han atrevido a marcharse en solitario del pelotón de cabeza.

Y eso es, también, lo que da rabia. Da rabia ver como están el Barça y el otro equipo de la ciudad y no ser capaces de aprovechar el calendario para haber podido dar un golpe contra la mesa. Porque hemos jugado con algún equipo importante, sí, pero hemos visitado estadios donde se pierden ligas y, efectivamente, nos hemos empeñado en perderla. Como nos empeñamos en tirar las primeras partes. Como nos empeñamos, una y otra vez, en tirar del plan de emergencia.