jueves, 9 de febrero de 2012

El milagro de las bodas de Caná

Cuenta la Biblia que Jesús fue invitado a una boda en Caná de Galilea y en el fragor de la fiesta María, su madre, se cercioró de que apenas quedaba vino para los invitados. Comunicándole la noticia a su hijo con hondo pesar, le hizo saber que quizá necesitaran de su ayuda por lo que Jesús pidió a los sirvientes que llenasen una tinaja con agua del pozo y, acto seguido, fuese sirviendo la misma a los comensales. No salieron de su asombro los criados cuando se cercioraron que lo que habían rellenado como agua se estaba vertiendo como vino.

Cuenta el fútbol que Simeone fue mandado a los leones del Calderón y que, en el culmen de los despropósitos la afición, madre de todo sentimiento, le alertó que la defensa del equipo hacía aguas por todos los costados. Sabedor de que los mimbres no eran muy halagüeños, el Cholo puso a trabajar a sus futbolistas y, con premisas de esfuerzo innegociable, les puso a jugar sobre el césped. No salieron de su asombro los fieles de grada y televisor cuando comprobaron que lo antes era un circo ahora se había convertido en una defensa seria.

Convertir un bochorno como la defensa del Atlético en una línea Maginot más que fiable es como el milagro de las bodas de Caná; si no lo veo no lo creo. A ver si va a ser verdad que el Cholo es el Mesías.

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