miércoles, 30 de diciembre de 2020

Menos de lo que dijo, menos de lo que creímos

Diego Costa es el jugador más decisivo en una sóla temporada que he visto con mis ojos en el Atlético de

Madrid. Su curso 2013/2014 fue tan impresionante que dolía creer que se podía marchar y, de hecho, dolió en el alma su lesión en una final de Champions que con él hubiese cambiado de signo y, sobre todo, aquella manera de decir adiós cuando todos supimos que, pese a sus muestras de afecto, había firmado con el Chelsea cuando aún se jugaban las verdaderas habichuelas del campeonato.

Una vez allí no dejó de tirarnos la caña, sobre todo cuando el entrenador le hizo la cruz y le convirtió en apestado. A pesar de un rendimiento más que notable, terminó sus días en Londres en el ostracismo y suplicando un regreso que nos hizo creer de nuevo en cuentos de hadas. Todos pensamos que con Costa regresaría el gol, regresarían los títulos y regresaría la gloria, pero con un rendimiento de más a menos, todo fue menos de lo que creíamos hasta terminar en divorcio por culpa del ego, las lesiones y su mala condición física.

Por aquel amor incondicional que dijo habernos jurado no esperábamos esta espantada. Más aún, después de haber dicho en verano que el no se movía obligando al club a ceder a las pretensiones de Morata de regresar a Turín. Ahora, co la temporada en su punto álgido, nos quedamos sin un nueve suplente y con la sensación de que el tipo que durante un tiempo nos lo dio todo quizá nos sigue queriendo, sí, pero mucho menos de lo que dijo.

lunes, 21 de diciembre de 2020

Va a ser muy difícil

Asumámoslo cuanto antes; no jugamos sólo contra un equipo de fútbol, jugamos contra un ente institucional, contra un club que, año a año, copa a copa, no sólo ha forjado un palmarés inmejorable y un carácter envidiable, pero es que, además, todo ello, le ha llevado a convertirse en el adalid de la justicia y la superación moral. Es decir, que aquí todo el mundo tiene que ir con ellos y el que no lo haga será visto como un pecador sin remedio.

Porque ellos expían todos sus pecados con dinero. Pueden comprar a los mejores futbolistas del mundo, puede especular con su ciudad deportiva, pueden conseguir los mejores contratos televisivos pisando a quien quieran y pueden organizar sus superligas porque juntarse con pobres está muy mal visto en la zona noble de Madrid. Con todo ello han forjado un buen equipo y se han acostumbrado a ganar, así que será difícil seguir su ritmo cuando pongan velocidad de crucero porque, bien por sí mismos o bien por ayudas de otros, empezarán a ganar un partido tras otro y ahí veremos que nuestro favoritismo tan sólo era una milonga de la prensa.

Así que no nos queda otra que ir a lo nuestro, partido a partido y victoria a victoria, porque en cuanto pinchemos sentiremos rápidamente en el cogote no sólo el aliento de un equipo sino el aliento de todo un país mediatizado para que su equipo favorito se alce cuanto antes con el primer puesto y así puedan seguir presumiendo de lo guapos y ricos que son.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

El Atleti necesita competir

Vale que ya no están Gabi, Raúl y Tiago. Vale que tampoco están Juanfran, Godín y Filipe. Vale que ya no

esperamos a Costa, pero aún así, aunque el carácter que hemos perdido no compense la supuesta calidad que hayamos podido ganar, no se puede jugar contra el Madrid mirando, porque cuando juegas mirando, y ya ocurrió contra el Leipzig, los equipos que viven de mover bien la pelota se montan un rondo, te desnudan por doquier, se ríen en tu cara y terminan mirándote con esa cara de superioridad que tanto molesta.

Y es que, aunque la lectura del partido fue incorrecta por parte del entrenador, no estoy de acuerdo con que el planteamiento fuese conservador. Salió a jugar con el mismo sistema que le había dado réditos durante el último mes y, además, prescindió del músculo de Saúl pensando que el juego de toque corto de Herrera ayudaría a abrir líneas. El problema que el Madrid dominó el partido desde los costados y, con sus ayudas, ahogaron a Herrera hasta convertirlo en un títere.

Y es que el Atleti necesita competir para sentirse vivo, no le queda otra. No es un equipo que pueda vivir en exclusiva de su calidad porque los hay mejores, ni puede vivir de la ocasión aislada porque su nómina de delanteros necesita la pelota para vivir y sin pelota se ahogan. El Atleti ha cambiado y el mismo grupo lo debería entender a la hora de afrontar estos partidos. Si compiten, le pueden dar un disgusto a cualquiera, en cuando se despistan y salen a mirar, el disgusto se lo pueden llevar ellos, sea contra el Madrid o sea contra el Cardassar.

viernes, 11 de diciembre de 2020

Angustia

Me produce una angustia extrema jugar contra el Madrid. Todo viene de mi deformación profesional como aficionado del Atleti. Ya desde pequeño me vi obligado a aguantarlos y supe enseguida que ese iba a ser mi destino. En la infancia fueron los vecinos, en la adolescencia los compañeros de colegio, en la juventud los amigos y durante toda mi vida laboral ahí han estado, en forma de encargado, contable o técnico; tengo un imán para encontrarme a madridistas durante toda mi vida.

Y ya sabéis como son; insoportables. El lunes, si nos ganan, se hablará de fútbol en todo el país, en oficinas, en bares, en parques, en aceras y en medios de transporte. Si somos nosotros los que ganamos o, incluso, conseguimos empatar, entonces dirán que no vieron el partido, que tuvieron cosas que hacer o que el Atleti gana por tal o por pascual.

El problema es que siempre tiendo a ponerme en lo peor y durante toda la semana me tiro visualizando derrotas. Porque han sido muchas y han sido muchos lunes a las espaldas aguantando a impresentables, y porque sigo creyendo, iluso de mí, que al Atleti le sigue pudiendo el derbi mientras que el Madrid sigue saliendo con la seguridad de que nos van a ganar. Pero hace tiempo que no es así, y sé que debería ser más optimista, pero por deformación profesional como aficionado, no puedo evitar sentir esta angustia.

miércoles, 9 de diciembre de 2020

El partido del año

No hay que pensar en el derbi. No hay que pensar en si podemos sentenciar la liga porque todo eso son cuentas de la lechera que terminan con el cántaro roto y las orejas gachas. No hay que pensar en mañana porque hoy tenemos el partido más importante en lo que va de temporada, porque hoy nos jugamos el ser o no ser en la competición que da dinero, vida y prestigio.

Porque hay que salir vivos de Salzburgo ante un rival que se juega el todo por el todo, que ni cuando no se juega nada dejar de exponerse, que va con todo, que sale con todo y a por todas, que tiene menos calidad que nosotros pero juega en su cancha, sabe atacar y conoce al dedillo los parámetros de su juego. No va a ser nada fácil, pero si el Atleti sigue siendo el Atleti es una misión factible.

Pero será importante salir sabiendo que no existen más partidos en el horizonte, que lo del sábado será el sábado y hoy es miércoles tras el que no puede haber jueves si no se consigue el objetivo y será importante marcar algún gol y dejar todos esos errores frente a la portería que nos han condenado en Champions en la trastera y sacar de la chistera algún golito que nos de la tranquilidad. Porque la tranquilidad es pasar y lo que pueda pasar el sábado, pues ya lo veremos el sábado.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Nada que reprochar

Cuando el equipo lo da todo, cuando se juega hacia adelante, cuando se tiene ambición, cuando se quiere

ganar, cuando el planteamiento está dirigido en un sentido unidireccional, cuando los futbolistas terminan exhaustos, cuando cada uno da lo mejor de su repertorio, cuando la circulación es fluida y la presión es incisiva, cuando se juega con el corazón y el escudo, no hay nada que reprochar.

Si el gol no llega pero se busca, si la ocasión es frecuente, si el robo de balón es consecuencia del trabajo y no del error ajeno, si los gritos son de ánimo y no de agonía, si el latido del corazón impone el ritmo de juego, si el deseo es compañero de viaje, si el brazalete de capitán impone el valor de unos galones, si conoces y cumples los deseos de tu afición, entonces no hay nada que reprochar.

Y quizá en Salzburgo se siga secando el río, quizá nos llevemos un revolcón y nos acordemos de estos empates inmerecidos que hemos cosechado ante rusos y alemanes, quizá la agonía nos lleve a terminar exhaustos para afrontar el derbi con suficientes garantías físicas y morales, si es así y se ha jugado como en el último mes, si se ha intentado como hasta ahora y se ha creído como lo han hecho en los últimos partidos, entonces no habrá nada que reprochar.