martes, 30 de mayo de 2023

Más entrenador que equipo

El equipo ha hecho una segunda vuelta espectacular, remontando incluso trece puntos al Real Madrid en aquella bárbara racha de victorias consecutivas que nos puso de cara el jugar de nuevo la Champions League la temporada que viene. Ya serán, con esta, once las temporadas consecutivas en las que el equipo vaya a participar en la máxima competición continental y es que Simeone ha conseguido que lo extraordinario se convierta en cotidiano y las quimeras ya no sean sueños sino realidades a base de competición.

Pero hay muchas veces a las que el equipo se le ven las costuras y eso nos hace dudar de si, realmente, está preparado para volver a competir de verdad en el torneo más exigente del planeta. Anoche, sin ir más lejos, el Atleti se pareció a un equipo pre Simeone, de esos que con destellos marcaba goles pero que no era capaz de contener el arreón del equipo rival y dejaba atrás el aplomo para convertirse en un flan. Los goles del Espanyol retrataron no sólo al portero, también a la línea defensiva y a una línea de medios que sabe hacer fluir la pelota pero que no sabe contener la fuerza del equipo rival.

Entonces, se preguntarán, si somos tan malos ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Pues porque tenemos un entrenador magnífico que sabe hacer competir a los futbolistas por encima de sus posibilidades. Eso sí, por muy dado a hacer milagros que sea, hay cosas que son imposibles de conseguir, como que Witsel sepa fijar una marca, que Koke no tenga físico para perseguir a los medios rivales, que De Paul guste más del adorno que de la sencillez y que Correa no sepa hacer fluir la pelota en la mediapunta. Y, sobre todo, no tiene toda la culpa de que toda la plantilla se lesione al menos una vez en la temporada con casos sangrantes en algunos futbolistas muy importantes.

Así que así estamos, con un entrenador increíble pero con una plantilla que cada vez es peor. Al contrario a lo que les pasa a sus colegas de profesión que viven en la élite, Simeone no puede contar con una mejor plantilla año tras año como sí lo hacen Guardiola, Ancellotti, Klopp o Tuchel. Mientras alguno de ellos desperdicia talento, nuestro Cholo saca su varita y vuelve a sacar un conejo de la chistera. El problema es que los conejos se acaban y algún día no habrá milagro. Entonces ya será tarde para pedir responsabilidades a quien realmente las merece.

jueves, 4 de mayo de 2023

El mejor equipo de la liga

Hace tiempo que no lo sentía así, pero por abrumadora sensación, el Atleti es, ahora mismo, el mejor equipo de la liga. Aún con el tropiezo inmerecido en Barcelona y con la rabia de no poder estar a punto de jugar una final de la Copa del Rey que yo creo que hubiésemos disputado de manera más que solvente. Quien nos lo iba a decir después de un inicio tan perturbador y un parón tan largo debido al mundial donde dos de nuestros futbolistas fueron campeones del mundo y pensábamos que tal acontecimiento les había saturado el hambre para el resto de sus carreras.

Pero es que ahora mismo, sin esperarlo, Molina es el mejor lateral de la liga y De Paul, sí, De Paul, uno de los mejores centrocampistas del momento. Eso sumado al extraordinario momento de un Koke del que dudó todo el mundo y la sensación de que Griezmann es el puto amo, ha convertido al Atleti en una orquesta sinfónica donde cada uno interpreta su partitura a la perfección y mientras dan una nota tras otra, disfrutan como niños en un patio de colegio.

Esta nueva obra maestra de Simeone se ha colocado segundo en la liga y nos deja la amarga sensación de que si hubieran disputado, como Dios manda, los cuatro primeros meses de la liga, quizá otro gallo estuviera cantando y el Barça no estaría ahora mismo a falta de un sólo partido para ser campeón. Porque este Atleti de velocidad de crucero y paredes en la frontal, da la sensación de poder ganarlo todo de aquí a final de liga y de haber regalado un campeonato que debería haber luchado hasta el final y, sin embargo, va a terminar como un tiro dejándonos una doble sensación de satisfacción por el juego final por un lado y de amargor por no haber llegado a este tramo con la seria posibilidad de haberle dado algún disgusto a los dos grandes de nuestro campeonato.