martes, 27 de abril de 2021

Desolado

Se inundan las redes de mensajes llamando al optimismo e incluso obligando a ser optimista si quieres tener el derecho a denominarte atlético. "Cero dramas", "Hay que creer", "El que no esté en el barco que se baje", "Dependemos de nosotros", "Seguimos líderes". E incluso se ha filtrado un audio de nuestro capitán llamando a rebato y asegurando que el Atleti va a ganar la liga.

Fuegos de artificio.

La verdad es que lo que nos ha pasado es un drama, yo no creo, mi barco se llama Atlético de Madrid y, aunque dependamos de nosotros, bien sabemos que no vamos a ganar en Barcelona. Porque no hemos ganado en Getafe, ni dos veces en Sevilla, ni aun Athletic lleno de suplentes. Porque el equipo se ha caído, porque psicológicamente sabe que no está y porque físicamente, después de superar un brote en masa dentro de la plantilla, están para los restos.

Mucho me temo que el audio de Koke va a envejecer muy mal y que esto puede ser el comienzo de una autodestrucción. No puedo pensar en positivo, lo siento, estoy desolado. Y eso no me hace menos atlético. Nací siendo del Atleti y moriré siendo del Atleti. He vivido un descenso, años de plomo y la caída en dos finales de la Champions, pero este disgusto me está llevando por delante. Porque después de Lisboa y Milán quedaba el orgullo, pero después de perder diez puntos en dos meses, lo único que me queda es una sensación de ridículo. No sé si volveré a ver ganar al Atleti una liga.

Lo siento, esta desolación me impide ser optimista.

martes, 20 de abril de 2021

Correa

Soy de los que tienen sentimientos encontrados con Correa. Por un lado, siento mucho cariño por su forma de entregarse, por su sonrisa siempre perenne, por esa mirada de quien ha desafiado a la muerte y ha salido con los pies en el suelo y un corazón sanado y tatuado en rojo y blanco. Sus quiebros, su manera de ser diferente, sus giros asombrosos y sus goles inesperados me hacen siempre seguir creyendo en él, aunque él mismo, muchas veces, se empeñe en hacerme cambiar de opinión.

Porque igual que me cautiva me desespera por momentos con sus entregas al rival, sus jugadas a ninguna parte, sus contrapiés en los peores momentos y sus goles fallados con todo a favor. Tenemos un problema con él y es el de no medir las críticas y no ponderar las alabanzas. Correa es un buen futbolista, un agitador, un tipo capaz de cambiar una tendencia en un momento determinado, pero no es una estrella, ni un tipo sobre el que cargar en sus hombros el destino de un equipo.

Puedo aceptar ciertas críticas, porque, a pesar de su entrega y desempeño, yo soy el primero en reconocer que su temporada, en los momentos clave, está siendo terrible, pero de ahí a desearle la muerte u otra operación de corazón hay un trecho muy grande que no se debería permitir. Nosotros somos aficionados al fútbol y él es sólo un futbolista. Deberíamos saber controlar la pasión porque aunque el Atleti nos importe, nadie nos da derecho a insultar a una persona porque falle un gol a puerta vacía. El Atleti es una parte muy importante de mi vida, sí, pero en ningún caso interfiero en la vida de los demás porque entonces convertimos la pasión en enfermedad y a los futbolistas en los fabricantes de nuestros sueños. Así ocurre, luego no sabemos controlar nuestras frustraciones.

martes, 6 de abril de 2021

Mirando el dedo

Desde que el Atleti jugó su última final de Champions han pasado cinco años. En este tiempo hemos perdido un escudo, un estadio, cinco capitanes y dos campeones del mundo. Nos dijeron que la venta del estadio sufragaría la deuda, que los jugadores se van porque quieren y siempre son ratas y traidores y, como ya han hecho hoy, empiezan sus campañas de venta de humo con el Gerard Moreno del momento. La única diferencia entre este Atleti y el de 2002-2010 es Simeone. Recuerden lo que nos parecían entonces jugadores como Godín, Juanfran o Raúl García.

Sin Simeone este equipo no competiría y Llorente y Lemar nos parecerían Maniche y Luccin. Estamos compitiendo con descartes de Madrid y Barça porque la gestión directiva es deplorable. No existe dirección deportiva, el filial está acabado y para fichar a una joven promesa tienes que soltar ciento veintiséis millones. No se sondea ningún jugador fuera del entorno Mendes. Y, con un equipo peor que hace dos años, el equipo está líder a falta de nueve jornadas.

Yo creo que no vamos a ganar la liga porque no nos alcanza, pero criticar a Simeone por no hacerlo en lugar de alabarle por tenerlo ahí es de ser un vendido y tener muy mala baba. Como tontos, miramos el dedo en lugar de mirar la luna. Sabemos todos lo que cobra Simeone, pero nadie sabe lo que gana Berta por no hacer nada o lo que trinca el dúo prescrito por cargarse a un club de fútbol y dilapidar una ilusión.