martes, 25 de octubre de 2011

El pagafantas

El pagafantas suele levantar la cabeza para dejar que le pongan la cara colorada, gasta todos sus recursos en pagar todas las rondas cuando se junta con una chica guapa y al final termina durmiendo sólo, con el calentón en la conciencia y el recuerdo del amigo abrazado en la oscuridad con la chica a la que había tanteado durante toda la noche.

En el Atleti, los pagafantas suelen vestir traje los domingos y chándal los días de guardar. Generalmente tragan sapos, salen a la rueda de prensa para pagar una ronda de tópicos, dan la cara para permitir que se la pongan colorada y gasta sus pocos recursos en alineaciones e intentos de marcar un gol. Cuando no lo consigue, la chica se olvida de las copas pagadas, le reprocha su ineptitud y le manda a dormir a casa. Sólo, por supuesto.

Gregorio Manzano llegó al Calderón como la cuarta opción del Director General. Tragó con las ventas de los emblemas del equipo, le dieron futbolistas a destiempo y le obligaron a ocupar posición de privilegio en la octava jornada. Invitó a todos a una ronda mientras soñaba en voz alta y los que antes buscaban cobijo en su sombra se han alejado porque ya no les interesa su verbo. Ya no puede justificar su fracaso porque todos le han dado la espalda; no tiene voz, ni voto, ni crédito. En fin, es un entrenador más. Un pagafantas más.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Partidos que marcan la personalidad

En el fútbol, los momentos los marca una jugada, un gol, un movimiento, un partido. Igual que en la vida cotidiana, existen momentos trascendentales en lo que jugamos a la ruleta con nuestro destino. Es posible que la apuesta salga perdedora, pero como lo realmente importante es regresar al punto de partida con la conciencia tranquila, cuenta mucho más la actitud frente al reto que el resultado final.

No quiero decir con esto que el resultado de esta noche no sea importante. Lo es, y muchísimo. Pero aún más importante de cara a desprenderse de todos esos complejos que durante años nos han colocado en el último lugar de la fila de los equipos fiables. Esta noche el Atleti juega un partido contra el Udinese y contra sí mismo. Enfrente estará todo un colíder de la liga italiana, un equipo de pierna fuerte, contragolpe eficaz y que lleva años sabiendo a qué y para qué juega. Todo lo contrario del Atleti, vamos. Pero más allá del rival, al Atleti le toca dilucidar hoy, una vez más, si en el reto que afronta apuesta por seguir siendo niño o convertirse en hombre.

Durante muchos años hemos visto al equipo arrugarse en esta clase de envites, esconder el coraje y argumentarse con apuestas de mal pagador. Partidos como el de hoy dilucidan el camino a seguir durante el resto de la temporada. Se puede seguir llorando por las esquinas o se puede dar un golpe en la mesa. Niño u hombre. Atleti o sucedáneo.

martes, 18 de octubre de 2011

Trivote de problemas

Está claro que el trivote es un problema. Si lo aceptamos sin recelo a principio de temporada fue porque sabíamos que teníamos futbolistas pendientes de debutar y partidos para ir avanzando. Cuando empatamos a cero contra Osasuna lancé mi optimismo ante la propuesta porque imaginaba que, tarde o temprano, el lugar que había ocupado Tiago en el centro terminaría siendo ocupada por Diego y el equipo ganaría en dinamismo, en equilibrio y en ofensividad. Pero no fue así; Diego entró en el equipo y solamente terminó por desencorsetarse en segundas partes de apuesta suicida en el que los planes se iban al garete y Manzano tuvo que recurrir a cordura de forma desesperada. La ecuación Gabi más Tiago más otro que no sea Diego termina por aplanar el equipo, por restarle profundidad y por una tendencia a recular más que conduce al agobio defensivo. Pero el trivote no es el único problema, aunque sea el primero de los principales.

El segundo problema es la actitud; viejo lastre bien conocido por nosotros que gustamos de jugar a soñar y terminamos por desesperarnos. Ha habido partidos buenos y otros horribles; sin dar rienda al término medio, el equipo se ha desconectado en partidos clave que le pueden terminar costando caro. Barcelona, Rennes y Granada son el mejor ejemplo. Dijo Manzano tras el término de este último duelo que el empate no había entrado en sus planes. Ni en los suyos ni en los de nadie, pero conviene echar la vista atrás y comprobar la facilidad que tiene este equipo, entrene quien le entrene, por perder el norte. Hay tiene trabajo el míster; no solamente está el sistema, también está la motivación. Otro problema grave.

Y luego está Reyes. Creo que el sevillano es lo más parecido al alumno empollón en una clase de zoquetes. Durante muchos cursos puede sentirse la mar de agusto restregando sus sobresalientes a los compañeros de pupitre y pavoneando su superioridad delante de la clase. Pero el día que le cambian de aula y le rodean de tipos tan listos como él la cosa cambia; el chaval, antes aplicado y brillante, ahora se vuelve mohino, se aleja del grupo y termina superado ante la competencia y las expectativas. Cuando jugaba al lado de Assunçao y Raúl García, Reyes se pavoneaba por el césped porque se sabía el mejor pasador del equipo y el único dueño de las llaves del cerrojo. Ahora que juega al lado de Diego, Arda y Gabi, Reyes se aisla de la jugada, prefiere hacer la guerra por su cuenta y se aleja más del sistema cuánto mejores socios le rodean. Otro problema serio si, como el alumno, el jugador termina perdido en la nada y superado por la competencia y las expectativas.

lunes, 17 de octubre de 2011

Se acaba el crédito

Realmente, nos cuesta demasiado poco conceder el beneficio de la duda a nuestros seres más queridos. Si es de nuestro equipo de quien hablamos, el beneficio suele tener un crédito aún más ilimitado porque en sus futuros compromisos viven gran parte de nuestras ilusiones. Soñamos un gol, una victoria, un ascenso de posiciones en la tabla y un logro alborozador. El castigo a nuestras ilusiones llega cuando comprobamos que los sueños siguen siendo pesadillas y que el golpe es doblemente duro pero apenas achacable a otra cosa que no sea nuestra propia imbecilidad; volvemos a creer en milagros y, una vez más, el agua sigue siendo agua por más que deseemos que termine por convertirse en vino.

El Atleti es algo así como ese buen amigo que siempre nos deja tirados por una chica guapa y al que le volvemos a perdonar cada vez que nos regala una sonrisa y un par de copas a medianoche. Durante estos primeros meses le hemos ido disculpando los deslices porque los rivales, más allá de las expectativas, eran de esos que suelen considerarse como de tronío. Perder en Mestalla y en el Camp Nou puede estar permitido, empatar en casa con un rival directo jugando mejor que el rival es algo que puede suceder y que creemos que será un problema que terminará por solventarse, pero empatar en Granada jugando a cualquier cosa menos al fútbol es algo que ya no tiene perdón alguno considerable.

Ni la caraja incial, ni el tanteo intermedio, ni el arreón final sirven de excusa para un empate que no entraba en los planes de casi nadie. Incrédulos ignorantes de nuestra propia realidad, volvimos a pensar que quizá, este año sí, este equipo saldría a morder las piernas de esos equipos que viven en el sótano de la liga y a los que gustaría demostrar que sus aspiraciones son menores que las nuestras. Craso error; nadie en el césped pensó que el Granada saldría a devorarnos, a asfixiarnos, a ganarnos. No lo hiceron porque Courtois y, esta vez, los postes, jugaron con nosotros. Durante minutos volví a sentir vergüenza de mi equipo. Pasan las jornadas, cambian pocas cosas e involuciona la ilusión. Se acaba el crédito, amigo.

jueves, 13 de octubre de 2011

Dos de tres

La proporción no es nada mala. Es lo que tiene fichar a un tipo con mala fama en el aspecto físico muscular, que cuando le mandas lejos de casa, entre el jet lag, la presión, el estrés y la acumulación de partidos, termina por romperse y volviendo a casa con cara de circunstancias y un parte médico que, por supuesto, te toca pagar a tí.

Cuando el Atleti fichó a Arda Turan este verano el futbolista andaba participando con su selección en las eliminatorias para la disputa de la próxima Eurocopa, tal fue su mala pata que el chico se rompió, llegó a su presentación con la pierna renqueante y la cara compungida y el Atleti hubo de luchar contra el Vitoria de Guimaraes sin una de sus novedades. No pasa nada, dijimos, es la típica mala suerte del Atleti; a algo hay que achacar las desgracias.

Pero como estas nunca vienen solas, tras el nuevo viaje a Turquía a principios de septiembre del que regresó sano e imploramos aquello del "virgencita que me quede como estoy", a la tercera ha vuelto a ir la vencida. Al chaval le hizo primero crack el cerebro al decidir encararse con su seleccionador y después le hizo crack la pierna al volver a forzar un físico propenso a la rotura. Y el chico regresa de nuevo con cara de circunstancias y un parte médico que, por supuesto, nos tocará pagar a nosotros. De eso trata aquello que llaman virus FIFA.

martes, 11 de octubre de 2011

En el mismo lugar

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgduJp22NbpB6Nx5yO3d5UcgAfNkCjG1GpyJMuS21ns2URXK7DnjagzdowrQwdnvRilrQruZsrHnV6et_JpBYlgWbIExEXZU96xPWtEmR_7YVIqMap8dE3SKSK5uckensVtTX6aMYuvNiM/s400/REYES_ATLETICO_MADRID_SEVILLA_0_0_LIGA_2011_2012.jpgSe pasa uno el verano soñando para que el otoño vuelva a pillarle en bragas. Y no hablo solamente del Atleti, que aunque sea cierto que ocupa un lugar privilegiado en el podio de mis prioridades, uno también tiene vida más allá del rojo y el blanco. Y es que aparte del equipo que tantos desvelos me produce, uno, que es currito por obligación y soñador por convicción, ha debido pasar todo un verano metiendo datos, archivando papeles y lidiando con proveedores para al final tener esa exigua recompensa que suelen llamar vacaciones y que yo prefiero llamar días de asueto mientras el trabajo se va acumulando sobre mi mesa.

Vuelve uno de pasar unos días en el sur, alumbrado por el sol, remojado por el agua fría y empachado por la cerveza y el pescaíto frito y se encuentra a su equipo en el mismo lugar donde lo dejó: Ese lugar de nadie donde la duda es amiga de la incertidumbre y donde la ignorancia es compañera de las previsiones ¿Tirará hacia adelante y marchará hacia detrás?

Es la misma disyuntiva que nos hacíamos todos justo antes de olvidar la faena diaria y entregarme a mi veraneo tardío. La pregunta que surgió del dolor tras la injusta derrota en Valencia, la pregunta que sale hoy a relucir tras el empate insidioso ante el Sevilla. Dicen que no ganamos a los equipos de nuestra liga y hasta ahora los datos nos dan la razón; pero para ver el vaso medio lleno podemos argumentar aquello de que jugamos mejor que ellos, que les quitamos el balón y que pusimos a prueba a sus porteros. Pero luego están los ejemplos de vaso medio vacío: el Barça y el Rennes, dos desastres, dos motivos para no ilusionarse, dos motivos para regresar a ese lugar llamado limbo en el que se encuentra el Atleti ¿Hacia dónde vamos? Esa pregunta ya me la hice antes de irme y ya he regresado. Ya he disfrutado mis vacaciones ¿Me tocará este año disfrutar con el Atleti?