viernes, 25 de septiembre de 2020

Empieza lo bueno

Pues ya está aquí de nuevo. La liga, esa competición montada para que dos equipos se repartan los éxitos y dieciocho miren como celebran los regalos y como abusan de su poder y que, sin embargo, nos da de comer cada año por la obligación adquirida a quedar entre los cuatro primeros, porque económicamente, ya sabemos todos que sin Champions no hay paraíso.

Vuelve la liga y nos encuentra con sentimientos contrapuestos. La gente, deprimida hace dos días, de repente ha recobrado la ilusión y mata por un segundo de gloria. Creen que volvemos a ser favoritos para todo y olvidan que este equipo, más allá del gol, tiene un problema conceptual con el juego desde hace años. Hacía falta Luis Suárez de la misma manera que hace falta ese centrocampista que sepa conectar con él y formar una sociedad imparable. Ese centrocampista que aún no tenemos.

Vuelva la liga y nos encontraremos contra un Granada pletórico, que ha jugado tres partidos y ha ganado los tres, que se encuentra líder, clasificado para la segunda previa de la Europa League y sin absolutamente nada que perder. Y nosotros sin haber competido desde Lisboa, sin habernos probado una vez más, sin saber si lo nuestro es ilusión, realidad o seguridad mal entendida.

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