jueves, 12 de noviembre de 2020

Ladrones, valientes y cobardes

Ladrones aquellos que, sin poner un duro y falseando cuentas, se quedaron con un club que era de la gente

desdeñando su historia, su sentimiento y su arraigo, ladrones aquellos que desmantelaron plantillas, que vendieron a las estrellas, que negociaron con el escudo siempre en beneficio propio sin tener en cuenta la opinión de los verdaderos amos del equipo por considerarlos ajenos a sus ansias de negocio. Ladrones aquellos que nos descendieron, que nos metieron la cabeza en la deuda histórica, que no entendieron nunca que, para ser del Atleti, hay que sentir el Atleti.

Valientes aquellos que asaltaron la madrugada para dejarles un mensaje, para picar su pendón en lo alto de la montaña de grava, para enseñarle al mundo que, en ese lugar que ahora ya sólo llaman M-30, se erigía un estadio de fútbol donde no cabía más pasión y se desbordaba el sentimiento, para llamar ladrones a los ladrones, para santificar el templo aunque ahora ya sólo sea un bonito holograma dentro de nuestro recuerdo.

Y cobardes aquellos que callan como meretrices de baja estopa, aquellos que se vuelven locos para dar la exclusiva del último peinado del defensa de los documentales o el modelo extravagante de aquel tipo con ego que se marchó a otro país. Los mismos que te venden una pintada contra un entrenador en una pared abandonada, son los que no son capaces de decirte que un grupo de atléticos de honor han hecho causa en el terreno donde se ubicaba el Calderón y le han dicho al mundo que allí había un estadio que nos robaron con nocturnidad y alevosía.

No hay comentarios: