jueves, 3 de marzo de 2022

Asombro

Asombro por encontrarme en la tele, en directo, un partido de juveniles en el que el equipo visitante juega como si fuera local, empujado por los suyos, conducido en volandas por el espíritu de una camiseta que les insufla energía y valor, coraje y corazón, escudo y orgullo. El Atleti no sólo ganó al campeón del torneo sino que lo hizo a domicilio y defendiendo como si fueran soldados del ejército más disciplinado del mundo.

Asombro por ver jugar a Pablo Barrios, un compendio de técnica y energía al servicio de un equipo en busca de un líder. Un futbolista capaz de defender un ataque rival y, un pestañeo más tarde, estar conduciendo un contraataque junto a sus compañeros, un tipo que marcó dos goles sublimes, que se puso el mundo por montera y nos dijo a los atléticos que quizá, si se apuesta fuerte por él, tengamos centrocampista durante unos años.

Y asombro por ver que los de siempre han vuelto a hacer el ridículo de la peor manera. Estamos en el año 2022 y algunos creen que siguen viviendo cuarenta años por detrás; no bastó con ir a insultar a un equipo de juveniles sino que se recrearon de la peor manera vejando de manera racista a un chaval por el hecho de tener un color de piel más oscuro y una camiseta más clara. La realidad es que aquí, el asombro se convierte en vergüenza.

No hay comentarios: