jueves, 30 de enero de 2025

Que salga el sol por Antequera

Son muchos los lamentos después de conocer que, pese a haber quedado entre los ocho primeros en la primera fase de la Champions League y salvar la ronda previa con el desgaste que conlleva, uno de nuestros rivales será Real Madrid, Bayern Munich o Manchester City. Como si no hubiese valido la pena el esfuerzo, como si no deberíamos enorgullecernos de haber quedado quintos a tan sólo tres puntos de los dos primeros.

El primer error de este lamento es abandonar la premisa del partido a partido. Ahora mismo, más allá del enfrentamiento de octavos, lo que nos debería preocupar es el Mallorca y lo que venga después, que viene con curvas cerradas, pues que venga y lo afrontaremos. Y el segundo error es caer en el juego de los que nos pintan de favoritos en una competición en la que son muchos los que nos doblan en recursos y en presupuesto.

El Leitmotiv de este equipo es competir día a día, no importa el momento ni el rival. Durante estos últimos años, gigantes de hierro como el propio Madrid o el propio Manchester City, nos han apeado del camino por la pura lógica del favoritismo predeterminado pero siempre echando el bofe y dos gotas de sudor más de las esperadas. Porque el Atleti puede ser un equipo sin objetivos fijos, pero no puede dejar de ser un equipo sin miedo a lo que venga. Hemos pasado de ronda, celebremos y cuando llegue marzo pues que salga el sol por Antequera.

jueves, 2 de enero de 2025

Resurrección

Hemos agotado el primer cuarto del siglo XXI y, echando la vista atrás, resulta hasta sorprendente recordar donde estábamos cuando comenzó el siglo y donde estamos ahora, siendo, entonces igual que ahora un equipo grande con más pasado que futuro convertido, por trabajo, constancia y cholismo, en un equipo que sigue mirando al futuro con la ilusión de un niño pequeño.

Porque este equipo resucitó hace exactamente trece años, cuando, hundido en la miseria de su día a día, entregó sus riendas al mejor jinete posible. Simeone resucitó un muerto, nos regaló un equipo campeón y, lo que es más importante, nos devolvió una identidad que creíamos perdida.

Esta resurrección no es más que el pan nuestro de cada día. Durante estos trece años ha habido momentos de dudas, de silencios, de contracciones guturales y de ojos empañados, pero cuando peor lo hemos visto, el mesías ha regresado para volver a decirnos que somos el Atlético de Madrid y que eso es un valor que hemos de tener en cuenta. Hoy lo sabemos todos, aficionados, allegados y jugadores. Sólo con la fe y el trabajo se puede dormir líder en enero después de haber sido desahuciado en noviembre. El cholismo nuestro de cada día es una resurrección constante.