Para todos los que sentimos el Atleti a flor de piel, para todos a los que los partidos del Atleti nos pone aprueba el corazón, para todos los que vivimos nuestro a día a día en función de lo que haga el Atleti, para todos los que adelantamos los partidos porque siempre queremos creer que nos ocurrirá lo mejor aunque estemos muertos de miedo un minuto antes del comienzo, esta semana nos ha supuesto una puñalada en el alma porque de todas las cosas malas que nos podrían haber ocurrido, nos han ocurrido todas las peores.
Primero fue esa decisión absurda de anular un penalti en el partido más importante de la temporada. Esa puntilla fatal después de un partido planteado a la perfección en el que el equipo lo dio todo, lo corrió todo, lo pudo todo y no obtuvo nada. Después de no concederle al rival ni media ocasión nos tuvimos que jugar la suerte a los putos penaltis saliendo de nuevo derrotados después de que la balanza de la injusticia cayera, una vez más, del lado de los de siempre.
Y después de ese arrasamiento moral nos llegó la visita del líder al que quisimos plantar cara, al que realmente plantamos cara y ante el que nos vinimos abajo en el mismo momento en el que percibimos que nos podían remontar. Después de más de media vida gastada y más disgustos que alegrías, este equipo me ha vuelto a arrasar el corazón y me ha vuelto a partir por dentro. Lo peor de todo es que, si volviera a nacer y después de toda esta mierda, volvería a ser del Atleti.
Toca soñar con la Copa.
1 comentario:
Yo también. Y no olvidemos el mundial de clubes.
Publicar un comentario