jueves, 29 de enero de 2015

Sin temor a la muerte

En el magnífico reportaje "Asado reservado" emitido por Canal plus, el Cholo Simeone deja una frase para la posteridad que es, en sí misma, una declaración de intenciones de cara a las ambiciones del equipo. "Mis chicos, a doble partido, no le temen a la muerte". Es una forma de contarle al mundo cómo el equipo se atrinchera, se hace solidario y mortifica los errores del rival y cómo ello le ha convertido en el hueso más duro de roer.

Hace un par de domingos, conducidos por la resaca del partido liguero en el Camp Nou, y mientras Messi repartía goles por doquier en Riazor, una tertulia radiofónica se atrevía a dar por sentenciada la eliminatoria de la copa del Rey sin apenas haberse disputado un partido. Más allá de que así haya sido finalmente, simplemente la resurrección de Messi y, con ella, la del Barça, eran suficiente argumento para enterrar, de antemano, a un equipo que ha demostrado durante los últimos años que, para perder, es necesario arrebatarle el orgullo.

Los chicos, a doble partido, no le temen a la muerte. El resultado de la ida fue malo, en eso no nos engañábamos. Confundirse con remontadas antes de jugar es propio de soberbia ajena. Lo nuestro es partido a partido, batalla a batalla, ilusión a ilusión. Sin temor a la muerte, el equipo salió con todo y aún a expensas de poder caer eliminado, siguió luchando, aun en la adversidad, con el objetivo de no dejar nunca que le arrebatasen el orgullo. El premio, menor, pero no poca cosa, fue una atronadora ovación del Manzanares. La vida y la muerte van más allá del fútbol, ya lo explicó Bill Shankly. Las tertulias, los análisis y las conclusiones a posteriori, dirán lo de siempre; poco fútbol y mucha violencia. Nunca sabrán apreciar qué es no temerle a la muerte. Muchos de ellos, relamiendo el resultado final de la eliminatoria, querrían volver a ver a aquel equipo de Aguirre o Ferrando que deambulaba en mitad de la tabla incapaz de de combinar tres pases en el centro del campo. Que celebren nuestra eliminación. Su risa es nuestra victoria.

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