lunes, 18 de mayo de 2015

Ganar por necesidad

Anduvieron durante semanas, con su habitual costumbre de creerse el ombligo del mundo y despreciando al rival que tendrían enfrente, creyendo que sería el Atleti el juez de una liga que quien la gana lo hace por méritos propios y no por que otros hagan regalos al portador. Anduvieron durante semanas asegurando que sus puntos estaban contados y que sus victorias estaban cantadas de antemano y creyeron que el Atleti debía ganar por obligación cuando, en realidad, había de hacerlo por necesidad.

Ambos, unos por exceso y otros por defecto, subestimaron a un Valencia que andaba como una moto y que venía demostrando que sus méritos para ser tercero no es una milonga contada en una siesta levantina. El Valencia es un equipo férreo, apto para la alta competición y con el insultante descaro que le aporta la juventud. El Madrid le creyó muerto antes de tiempo y solamente pudo rescatar un punto que le aleja de la liga. El Atleti, por su parte, de tanto caer en sus propia desidia y penalizado por la falta de acierto, mira con el rabillo del ojo como se le acerca por la derecha un equipo con serias aspiraciones a pegarle un adelantamiento de los de época. Tras dos empates deshonrosos, ayer contempló como el Barça le devolvía la moneda un año después proclamándose campeón en su campo. Lo que hace un mes deberían haber sido vacaciones de primavera sigue siendo una recta final interminable con la lengua fuera y el aliento regando el aire por agotamiento.

Así llega el Atleti a la última jornada. Con las probabilidades intactas, con el miedo a perder metido en el corazón de cada futbolista, con el fatalismo histórico rondando por la cabeza de cada aficionado y con la virtud de depender de sí mismo para conseguir un objetivo bastante aplaudible. Ser tercero con una barcaza de pesca detrás de dos yates de lujo es un logro destacable por más que muchos se empeñen en juzgar al campeón como favorito. Los milagros no se repiten muy a menudo y el nivel de exigencia siempre debe estar acorde al nivel de la plantilla. Se llegará así a Granada, ante un equipo que se juega la vida y mirando de reojo a lo que pueda hacer el Valencia en Almería. La ventaja es saber que si los chés hacen sus deberes, quizá al Granada le baste un empate. El Atleti con un punto podría ser tercero. Pero a todo esto se le llama especular y yo prefiero hablar de fútbol. Aunque lamentablemente, en este Atleti de final de temporada se esté hablando de mal fútbol.


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