lunes, 25 de mayo de 2015

La sombra de una duda

Durante las últimas semanas se han disparado los rumores sobre una posible sanción de la FIFA al Atlético de Madrid. Sin que los periodistas, siempre afines al régimen como buenos estómagos agradecidos, ahonden en la culpabilidad de la imposición de susodicho castigo, la duda es si tras el dictamen del mismo el equipo recibirá sanción disciplinaria a solventar con multa económica o, como muchos nos tememos, la sanción impedirá al equipo fichar durante dos mercados consecutivos.

De ser así, no cabría peor noticia sobre las aspiraciones del equipo. Sería un misil en plena línea de flotación. Nos vendríamos abajo sin remedio porque al equipo le sobra intensidad y carácter pero le faltan fútbol y gol. Por ello, el volver a competir con el mismo equipo mientras el resto de rivales se reforzasen con jugadores con más calidad, juventud y brío sería como ir con un Seiscientos en una carrera de Ferraris. El conductor puede poner todo su empeño, pero el coche da de sí todo lo que puede.

El equipo ha competido bien hasta donde ha podido. Teniendo en cuenta que lo logrado el año anterior se acerca más al milagro que a lo habitualmente plausible y que, por añadido, el grupo ha sido peor porque no ha repuesto tres piezas clave, toca analizar, en serio, cuales son las necesidades del equipo de cara a la próxima temporada si es que queremos mantener el nivel y codearnos con los mejores. Un lateral izquierdo, dos centrocampistas y un delantero. Eso como mínimo. Y un central competente si, como casi todos creemos, terminan vendiendo a Miranda. Las necesidades son amplias y el caramelo del Atleti, ahora, es jugoso. Pero si la FIFA termina dictando en nuestra contra volveremos, como años atrás, a ser la golosina amarga que ningún niño quiera probar.

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