No es malo jugar con cuatro
medios, lo malo es no tener la capacidad para manejar el juego, no ser capaz de
robar una pelota en la zona ancha, recular ante la pérdida, no arriesgar en el
pase profundo, no mover el árbol del desmarque, no sentir el dominio sobre el
rival, no someter al contrario a la tiranía de la pelota, no poner en peligro
la meta rival porque se ve tan lejos y tan pequeña que se toma como misión
imposible.
No es malo sustituir a tu jugar
estrella, lo malo es no tener un plan para conseguir que brille, no saber
implicar su juego con los centrocampistas, no tener nadie en la banda con quien
oxigenar el juego, no encontrar una referencia por delante con quien dibujar
paredes, no encontrar el hueco en el que prometer un desmarque, no saber dónde
está el fin porque siguen anclados en el principio.
No es
malo ganar partidos, lo malo es creer que el plan funciona, que la victoria
esconde los errores, que el tedio es necesario, que la pelota es innecesaria y
que de dos centrales contundentes y dos laterales con oficio se puede vivir
cerca de la élite. Es un error seguir creyendo que jugando mal se consiguen las
metas, es un error caer en la trampa del resultado. Sería un error fatal seguir
creyendo que el cholismo, simplemente, se reduce a esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario