martes, 18 de febrero de 2020

Volvemos a ser David

Recuerdo la primera vez que nos clasificamos para disputar la Champions League tras aquella del doblete y el gol de Dani que me hizo estampar un walkman contra el suelo. Recuerdo estar en el Calderón escuchando la sintonía de la Champions por vez primera después de una tarde de cervezas y risas con varios aficionados españoles del Liverpool. Recuerdo que aquel día nos enfrentábamos a un equipo que había jugado dos finales de la competición y que partían como favorito en las apuestas como posible ganador. Aquel día, ellos eran Goliath y nosotros David. Doce años después, volvemos a serlo.

Aquel era el Liverpool de Benítez; sobrio, directo, sin resquicios, sin concesiones. El nuestro era el Atleti de Aguirre; dudoso, timorato, acomplejado, lleno de defectos. Esto es el Liverpool de Klopp; espectacular, veloz, concreto, casi invencible. Y el nuestro es el Atleti de Simeone; antaño un dechado de virtudes y ahora un equipo a medio camino entre lo que fue y lo que quiere llegar a ser. Y hay dudas, hay temor, hay complejos y hay defectos. Y eso nos puede matar. Eso nos puede hacer claudicar.

Pero si hay algo que tiene este Atleti del Cholo que no tenía el de Aguirre, es orgullo. Y también vergüenza. Y sabe que puede ser David, pero que tiene la honda en la mano y va a tirar a matar. Nos pueden ganar, incluso masacrar, pero somos el Atlético de Madrid, una familia que ya no sabe rendirse, una pasión que ya no sabe dejar de creer. Nos enfrentamos a Goliath y no sabemos como vencerle, pero sí sabemos cómo intentarlo.

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