martes, 6 de abril de 2021

Mirando el dedo

Desde que el Atleti jugó su última final de Champions han pasado cinco años. En este tiempo hemos perdido un escudo, un estadio, cinco capitanes y dos campeones del mundo. Nos dijeron que la venta del estadio sufragaría la deuda, que los jugadores se van porque quieren y siempre son ratas y traidores y, como ya han hecho hoy, empiezan sus campañas de venta de humo con el Gerard Moreno del momento. La única diferencia entre este Atleti y el de 2002-2010 es Simeone. Recuerden lo que nos parecían entonces jugadores como Godín, Juanfran o Raúl García.

Sin Simeone este equipo no competiría y Llorente y Lemar nos parecerían Maniche y Luccin. Estamos compitiendo con descartes de Madrid y Barça porque la gestión directiva es deplorable. No existe dirección deportiva, el filial está acabado y para fichar a una joven promesa tienes que soltar ciento veintiséis millones. No se sondea ningún jugador fuera del entorno Mendes. Y, con un equipo peor que hace dos años, el equipo está líder a falta de nueve jornadas.

Yo creo que no vamos a ganar la liga porque no nos alcanza, pero criticar a Simeone por no hacerlo en lugar de alabarle por tenerlo ahí es de ser un vendido y tener muy mala baba. Como tontos, miramos el dedo en lugar de mirar la luna. Sabemos todos lo que cobra Simeone, pero nadie sabe lo que gana Berta por no hacer nada o lo que trinca el dúo prescrito por cargarse a un club de fútbol y dilapidar una ilusión.

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