lunes, 17 de mayo de 2021

Perdiendo vida

Casi sin voz, con las palmas enrojecidas, con el corazón lastimado, la tensión por las nubes y las sienes palpitando. Así han terminado los últimos partidos del Atleti para mí, roto por la presión, destruído por el sufrimiento, muerto por dentro como si me hubiesen dado una paliza. Todo esto me está quitando años de vida.

Y aún queda un último asalto. Sinceramente, no sé si voy a ser capaz de resistirlo. Ahora mismo Weissman me parece Christian Vieri y Óscar Plano me parece Donadoni. Tengo más miedo que nadando con pirañas. Jugamos contra un equipo que se juega la vida y no ha ganado ninguno de sus últimos once partidos y aún así sigo pensando que algo malo nos espera, que el destino va a ser cruel y, de alguna manera, nos tiene preparada una última treta para que terminemos muertos en vida y sin ganas de vivir.

Al Atleti no le queda otra opción que volver a salir a por todas, que no reservar ni un gramo de sudor, que no negociar ni un esfuerzo, que creer, que trabajar y tratar de poder. Si lo da todo, si gana cada palmo del terreno, si lo intenta, si domina, si somete y si hace todo lo posible por ganar y no gana, entraremos en depresión y nos querremos morir, pero no podremos reprocharle nada al equipo porque la victoria es, generalmente, una consecuencia aunque a veces llegue por la vía de la causalidad.

No hay comentarios: