lunes, 22 de enero de 2024

Mi equipo

Este es mi equipo. No el de la victoria, ni el de la euforia, ni siquiera el del puño cerrado en la celebración y el baile constante en el fondo. Ese también es mi equipo, sí, porque, qué coño, nadie tiene que decirnos qué celebrar y cuánto, y mucho menos cómo. Pero mi equipo, sobre todo, es ese que durante noventa minutos fue perro de presa, lobo herido, león hambriento y oso incómodo capaz de resarcirse de las heridas de bala y repartir zarpazos mortales en los momentos más oportunos.

Porque yo aquí vengo muchas veces enfadado, lo reconozco. Vengo aquí a pagar mi frustración con palabras y la mayoría de las veces en las que el equipo no compite no soy capaz de regalar elogios porque me duele en el alma la indolencia por encima del resultado. Pero el Atlético de Madrid es mi equipo desde que tengo conciencia y eso me hace merecedor del orgullo al igual que me convierte en merecedor del dolor cuando las cosas no salen como se pretenden.

Y este es mi equipo, sí, joder. El de la pierna fuerte, la cabeza fría, el pie certero, el disparo a puerta, la búsqueda de la profundidad, el del contragolpe del libro y, sobre todo, el equipo que sabe buscar la revancha cuando el rival se burla de ti en tus propias narices. Nosotros no somos de hacer memes ni de buscar la sonrisa fácil, porque lo nuestro, cuando se nos busca, es apretar los dientes y esperar nuestra oportunidad. Y aquí estamos, de nuevo, siendo ese grano en el puto culo que tanto placer nos ofrece.

El Atleti es mi puto equipo.

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