viernes, 13 de noviembre de 2015

Sobre bochornos, dudas y divisiones

Según la Real Academia Española de la lengua, en una de sus acepciones, un bochorno es una "desazón o sofocamiento producido por algo que ofende, molesta o avergüenza". Y lo cierto es que visto el partido del Atlético en Astaná, la definición no desentona ni un ápice con los sentimientos experimentados durante y al final del partido.

Es cierto que se ha producido una corriente crítica que choca de frente con otra corriente que defiende el statu quo con pasión desmedida. Ambas corrientes chocan cuando lo más sensato es encontrar un lugar en medio de la confrontación y decir que sí, que desde que llegó Simeone ya no somos la comparsa de antes y que con el Cholo al infinito y más allá, pero que no pasa nada por criticar actitudes, aptitudes y algún que otro planteamiento.

En el peor momento de juego de la era Simeone, estamos en una buena posición para dar el salto. Si cunde la histeria colectiva, es posible que los sueños, como antaño, se conviertan en pesadilla antes de Navidad. El equipo apenas encaja goles y está en la tercera posición de la tabla, a tan sólo un punto del equipo rico de la ciudad. Las sensaciones son malas, los bochornos nos roban el alma y la falta de profundidad nos quita el sueño. Todo es verdad, pero quien sabe si este gol de Griezmann ante el Sporting es el principio de una bonita historia. El equipo necesita confiar y los críticos, que los hay, y con razón, también.

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