lunes, 12 de noviembre de 2018

Coraje y corazón

El coraje hace referencia al ímpetu, al no dar un balón por perdido, a avasallar al contrario, a no escatimar un esfuerzo, a no dejar un gramo de sudor pendiente de verter en el césped, a no negociar el deseo, a intentar ganar por encima de todo, a no pensar en perder por más que las consecuencias te conduzcan al precipicio.

El corazón se sostiene en la fe, en la capacidad de creer en lo imposible, en la generosidad del esfuerzo, en el apoyo constante hacia el compañero, en el aliento de la grada, en el aliento hacia la grada, en la comunión global entre ellos y nosotros, en el grito desgarrado con un gol del cojo en el último minuto del partido.

Cuando el Atlético conjuga la letra de su himno en el terreno de juego es cuando se vuelve más reconocible. Durante sesenta minutos, se vio sometido a la voluntad contragolpeadora del Athletic de Bilbao, un equipo que planificó el encuentro en base a la velocidad de Williams y al movimiento entre líneas de Beñat y Muniain. Y cuando todo parecía perdido, apareció el coraje para asomarse al vacío y, al fin, el corazón para dejarlo apretado en la grada para siempre. El equipo que nos enamora es el equipo del coraje y el corazón.

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