lunes, 18 de febrero de 2019

La identidad

La identidad es el continuo camino de regreso a casa, es el legado que debe permancer, el tesoro que se debe conservar, el continuo desafío que se debe buscar. La identidad te ofrece un lugar de seguridad, un motor de acción, un objetivo para fabricar ilusiones. Porque los sueños están hechos de certezas y el Atleti de Simeone, hasta hoy, tenía una certeza por encima de las demás; era un equipo incómodísimo para el rival.

Si perdemos la intensidad lo perdemos todo. Si dejamos que el rival nos rompa líneas con facilidad, si dejamos de topar en el medio, de meter la pierna con fe, de saber que el estilo pasa por apretar los dientes, nos convertiremos en el equipo más previsible del mundo. Vale que le tengamos que dar la razón a los que dicen que no tenemos plan de ataque; allá ellos, pero no podemos dejar de presumir de nuestro rocoso plan defensivo. Abocarse a Oblak o a la pareja de centrales no es la mejor situación para soñar en grande.

Durante los últimos partidos nuestra línea media ha parecido un grupo de hermanitas de la caridad. Dejan jugar, dejan tocar, dejan que el balón se cuele entre líneas y allí, en el lugar donde correr contra la espalda supone encontrar la precisión continua, te expones a un contínuo cara o cruz donde a nuestro portero le da por ganar batallas mientras el equipo se centra en la guerra. La identidad por delante y el resultado siempre como consecuencia. Las premisas están claras: trabajo, fe y esfuerzo. Es el Atleti del Cholo, nos puede gustar más o menos, ese es otro debate, pero con estos preceptos, cuando hemos sido un equipo identitario hemos sido un equipo muy muy difícil de ganar.

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