
Y se marcha un indio. También lo dijo él. Un tipo que aprendió pronto la idiosincrasia del club, que se vinculó tanto, sentimental y profesionalmente, que dio el doble de lo que tenía. Simeone, que llegó buscando gente esforzada, encontró un nutrido grupo de hombres dispuestos a ir a la guerra, sin miedo, sin condicionantes, sin ahorros. Y allí, desde el lateral, puesto que ocupó durante todo el ciclo glorioso, se convirtió en el hombre que ganó la banda y ganó, sobre todo, el cariño de miles de seguidores.
El esfuerzo y la honradez son dos valores que, pese a su cotización al alza, no todos los futbolistas son capaces de llegar a mostrar. Juanfran fue un esforzado porque tiró de orgullo cada vez que encontraba un límite ha sido honrado porque ha sabido decir adiós cuando ha visto que llegó su hora. A nosotros ya no nos importan los errores porque querer a alguien es un ejercicio que va más allá incluso de los aciertos; querer a alguien signfica saber que ese alguien es de los tuyos. Y Juanfran, más allá de una incidencia puntual, será siempre uno de los nuestros.
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