jueves, 29 de octubre de 2020

Aceptar lo que somos

Debemos aceptar lo que somos y en lo que nos hemos convertido. En los años dorados, esos en los que Simeone construyó un equipo fiable y competitivo que luchó por todo, el Atleti era una roca en el medio y, sobre todo, el equipo más fiable del mundo en defensa. Esa funcionalidad de equipo intransigible se gestó gracias a la capitanía en plaza de Gabi y Tiago y de la solvencia y conocimiento del oficio de tipos como Godín, Miranda y Giménez y de dos laterales que eran top mundial aunque nosotros nos empeñásemos en tirar su esfuerzo a la basura cuando la realidad es que, desde Rivilla y Calleja, jamás habíamos tenido dos tipos tan capaces en los puestos de dos y tres como Juanfran y Filipe Luis.

Aquella defensa tan fiable fue degenerando hasta convertirse en el esperpento de hoy. En una zaga en la que Savic, tan discutido o más como aquellos laterales inmortales, se multiplica por cuatro para achicar agua y en la que Oblak tapa con milagros los errores, se ha convertido en habitual ver a los laterales perder la espalda y a Felipe perder la forma de tal manera que quien apuntaba a mejor central del mundo se haya convertido en un abuelo con camiseta corta.

Así pues, mientras Trippier hace bueno a Lodi y mientras añoramos aquello que tuvimos y que, a corto plazo no volverá, habremos de abrazarnos al buen hacer de nuestra pareja atacante y a la fiabilidad de Koke y Llorente. Mientras Saúl mastica su vuelta y el centro del campo sigue con su agujero eterno sin cerrar, el Atleti puede sufrir contra cualquier Salzburgo del mundo y resolver por los pelos gracias al genio de sus atacantes. Esto, que en un primer momento puede parecer un alivio, no es más que un parcha en un boquete que amenaza con destruir el dique. Porque contra un Betis o un Celta lo puedes terminar sacando adelante, pero te viene un Bayern y te pinta la cara a medio gas. Porque este es el Atleti de hoy y es lo que debemos aceptar; un equipo con recursos en ataque pero un auténtico esperpento en su línea defensiva.

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