Porque el centro del campo no construye ni presiona, se queda en un medio camino en el que no sabe si ir hacia adelante o volver hacia detrás, duda entre meter la pierna y esperar, entre buscar el pase horizontal o jugarse todas sus cartas en un balonazo cruzado, si atacar con todo o defender el resultado. Todas estas dudas han convertido al equipo en una impotencia constante cuando ha de afrontar partidos como los dos últimos, con el rival metido en bloque bajo y tirando contras peligrosísimas.
Lo negativo ya lo hemos dicho ¿Hay algo positivo? Claro que lo hay. Seguimos teniendo un gran portero y una buena defensa y tenemos, sobre todo, toda la temporada por delante para poder crecer y aprender. Pero el Atleti debe recuperar la energía, debe recuperar esa chispa que le convirtió, durante tres o cuatro de años, en el equipo más incómodo del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario