jueves, 18 de agosto de 2022

La vieja aristocracia

La vieja aristocracia jamás se llevó bien con la nueva burguesía. En una época en la que los rentistas dejaron de tener todo el poder, vieron con recelo como los nuevos ricos, descendientes de artesanos y labriegos que habían sabido hacer del comercio su modus vivendis, iban ocupando su lugar en lo alto del escalafón social. Eran nuevos tiempos y nuevas maneras de generar influencias, los diezmos se apagaban y los nuevos ricos se negaban a rendir pleitesía.

Hace poco más de diez años, el Atleti era un aspirante a burgués con más deudas que realidades y más remiendos que esperanzas en el corazón. El pastel del fútbol se lo seguían repartiendo los viejos aristócratas mientras que los nuevo burgueses, apoyados económicamente por el dinero del petróleo, amenazaban con ocupar su lugar en el escalafón social al tiempo que irrumpían en la fiesta como un elefante en una cacharrería. Fueron ellos los que se llevaron a Agüero, a Falcao y a Costa y nos dejaron sin gol al tiempo que aprendíamos a soñar gracias a la labor de nuestro maestro artesano.

Porque Simeone iba cincelando un equipo con remiendos al tiempo que perdía sus mejores materiales. Sabiendo la fortaleza está en el grupo, se acostumbró a dominar las fieras y hacerles saber que siendo un equipo jamás saldrían derrotados. Por ello hoy el Atleti es un miembro más de la alta burguesía y cuando la vieja aristocracia cree haber perdido su lugar, se revuelve en su trono y sale, espada en mano, a reclamar lo que es suyo. Lo hace en forma de oferta sobre Cunha y sobre Joao. Si la decisión correspondiese al maestro artesano, dormiríamos tranquilos, pero sabiendo que la última palabras es del tipo que robó el club y jugó con él al Monopoly, pues la verdad es que es fácil volver a sentirse un miembro del vulgo e intuir que te van a robar las ilusiones con una puñalada trapera en la espalda.

No hay comentarios: