lunes, 9 de marzo de 2020

Falta lo más importante

Falta intensidad. En eso estamos todos de acuerdo. El equipo no muerde como antaño, no cierra filas como sabía, no hace esa presión asfixiante en el medio que convertía la medular en un campo de pirañas. El jugador rival, normalmente, tiene tres metros para conducir y tres segundos para pensar, no hay una pierna cerca, no siente el aliento en el cogote, no tiene miedo a decidir porque cuando quiere tener miedo el balón ya está lejos de sus pies.

Falta juego. En eso estamos más de acuerdo aún. Al equipo le cuesta horrores generar una contra aprovechable, cuesta más aún dar tres pases seguidos en zona de peligro, no encuentra el pase entre líneas y, mucho menos, encuentra el pase definitivo que deje al delantero de cara a gol. Cuesta mucho generar porque no hay un patrón en el medio que fije a los conductores y dé seguridad a los defensores. Por ello se pierden tantos balones y por ello, cuando se hace, cuesta tanto volverlo a recuperar.

Pero si algo que falta realmente es gol y eso es lo más importante. Vale que el equipo ha perdido intensidad y juego pero si hay algo que ha perdido de verdad es confianza y la confianza pasa exclusivamente por ganar, pero para ganar hay que marcar. El Atleti no llega mucho pero cuando llega lo falla casi todo. En una liga tan pobre de los dos de arriba me cuesta no pensar en más de media docena de partidos en los que nos hemos ido a casa con empate o derrota y, sin embargo, hemos fallado goles claros que nos hubiesen mantenido en posición de privilegio. Por ellos sin intensidad, sin juego y, sobre todo, sin gol, va a ser muy difícil cumplir los objetivos esta temporada. Va a ser muy difícil poder seguir soñando con esas empresas a las que un día nos dijeron que podíamos alcanzar.

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