martes, 31 de marzo de 2020

El día que descubrimos a Futre

Nos quitaron a Hugo y nos quitaron a Llorente, nos quitaron el gol y nos quitaron el orgullo. No quedaban más que cenizas después de derrotas y la burla constante de quien se sabe superior. Seguían ganando y nosotros seguíamos peleando nuestra parcela de fe, nuestra manera de hacerle saber al corazón que queríamos seguir latiendo. Que queríamos seguir viviendo.

Y aquella búsqueda constante de la identidad llegó Futre al Bernabéu en una tarde lluviosa. Una de aquellas tardes en las que el invierno castigaba Madrid y el barro se convertía en el jugador número doce. Menotti en el banquillo, un equipazo en la grada y un portugués bajándose al lodo para demostrarle al mundo que el Atleti había encontrado a un nuevo ídolo.

Aquel equipo, como los posteriores, terminaron siendo cercenados por la política suicida de Jesús Gil, por esa avaricia personal que le llevó a utilizar el Atleti para su beneficio personal. Pero, durante unas semanas, nada nos quitó la sonrisa, porque aquel cero a cuatro en el Bernabéu ante un equipo que se creía el ombligo del mundo, nos hizo reencontrarnos con el equipo del que siempre quisimos ser. No el frustrado que habíamos tenido antes, no el acomplejado que vendría después. Aquel equipo de Futre era el equipo de todos.

No hay comentarios: