
Y es que la falta de gol también va a terminar mermando al equipo en la Champions. Tarde o temprano echará en falta a ese delantero fiable que tuvo en Falcao y en el primer Diego Costa y que terminó vendiendo para obligar a su entrenador a volver a reinventarse. Él puede poner el sistema, la mentalización, la táctica y el planteamiento, pero si un delantero se queda solo delante del portero, jamás podrá ser el entrenador el que marque los goles.
Saco esto a colación porque creo que el equipo, esta temporada, aún con todos sus altibajos, podría haber dado más guerra en la liga. No digo ganarla, porque el equipo aún no tiene aquellos mimbres que perdió con tipos de una pieza como Gabi, Tiago o Filipe Luis, pero sí haber llegado al tramo final tocando un poco las narices a los dos poderosos. Y es que la falta de gol le ha terminado condenando. Sin gol no hay títulos, no hay paraíso.
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