miércoles, 27 de abril de 2011

Ciento ocho menos veinticuatro

Hace ciento ocho años nació una institución carismática, valiente, seria. Un grupo de estudiantes vizcaínos quisieron rememorar los éxitos de su querido Athletic de Bilbao y crearon el Athletic de Madrid con el fin de convertirlo en una sucursal madrileña del gran equipo vasco. Con los años, el equipo madrileño adquirió la suficiente autonomía y afición como para volar sólo. Voló, sufrió, se consagró y aprendió a ganar. Durante ochenta y cuatro años consiguió ganar en ocho ocasiones el campeonato de liga y otras seis el campeonato de copa, alcanzó tres finales europeas y ganó una Recopa de Europa y una Copa Intercontinental. Era un equipo respetado y respetable, hizo de su casa un fortín, jugaba los derbis de tú a tú y raramente bajaba del tercer puesto.

Hace veinticuatro años murió una institución carismática, valiente y seria y se formó una sociedad (posteriormente anónima) ridícula, temerosa y frívola. Un hombre sin pasado quiso publicitar su imagen y robó el Atlético de Madrid para convertirlo en una sucursal de sus propios tejemanejes. Con los años, el equipo perdió toda la autonomía y pasó a ser su coto privado. Se empequeñeció, perdió prestigio y se acostumbró a perder. Durante veinticuatro años el equipo ganó una liga y tres copas, descendió a segunda división, fue humillado en "el infierno", acumuló diez años sin jugar una final y catorce sin ganar un título. Se convirtió en una chanza y los que antes le respetaban ahora se burlan en sus narices. La prensa le ha empequeñecido, cualquier equipo es capaz de asaltar el Vicente Calderón, pierde todos los derbis y celebra los cuartos puestos.

Hoy toca felicitar a todos los aficionados del Club Atlético de Madrid, ciento ocho años de orgullo no los cumple cualquiera. Y toca dar el pésame a los anestesidados seguidores del Altético de Madrid Sociedad Anónima Deportiva, mientros ellos sigan durmiendo, su equipo no despertará en la vida.

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