lunes, 29 de agosto de 2011

El camino

Toda decisión trascendental en la vida implica la elección de un camino; en la trascendencia de la elección están implicadas la corrección y la equivocación en cuanto al camino elegido. Se trata de mirar al frente, hacer inventario de las necesidades y sacar un balance de todos los errores que nos han puesto, una vez más, en la encrucijada. El camino correcto suele compensarnos con una sonrisa y generalmente precisa de las alforjas necesarias ¿Qué necesita el Atleti? Por supuesto regresar a la senda de la grandeza ¿Cuál es la mejor manera para hacerlo? Recuperando un estilo.

Durante años, el Atleti se caracterizó por ser un toro que reculaba en tablas y embestía al capote con fiereza cada vez que el trapo aparecía en el centro del albero. Era la fiereza de un contragolpe que sentó cátedra en los círculos futbolísticos del país. Pero aquel era otro fútbol, más racial, más impetuoso, mas agresivo en lo estético aunque menos en lo físico. Ahora el modelo a copiar es otro; la realidad aplastante impuesta por el Barça ha generado pequeños clones que juegan a imitar a Messi y sus amigos. Como Messi y sus amigos son únicos, buena es la receta para aplicarse en momentos de duda mental. En este caso, el balón es el camino.

Es cierto que el Atleti de ayer adoleció de profundidad, adoleció de desborde, adoleció de velocidad y adoleció de fantasía en los úlitmos metros, pero como un esnob de nueva época, vistió traje y corbata y encontró el balón como solución a sus futuros problemas. Siempre me acusaron de ser un derrotista y en ocasiones señalaron con el dedo reprochando mi fatalismo empedernido, pero en este caso voy a optar por mirar el vaso para verlo medio lleno en lugar de medio vacío. Encontrar el balón es el camino, encontrar el camino es esperanza y la esperanza es la mejor generadora de ilusiones posible. A este equipo le falta la chispa que pueden aportar Diego, Arda y Falcao. Y tengo muchas ganas de ver a Koke con este sistema que prioriza el centrocampismo sobre el nadacampismo. Si el equipo no se parte (que parece que no) y la defensa no se despista (que parece que sí), podemos mirar al frente y saber que estamos en disposición de mirar a tú a los equipos de nuestra liga. El balón es el camino.

1 comentario:

Emilio dijo...

Estoy de acuerdo Don Pablo. Nos deja otro sabor un partido empatado de esta manera, con la intención de jugar el balón y de desterrar el pelotazo del portero o de los centrales.

Yo también veo el vaso medio lleno.