martes, 16 de agosto de 2011

Éste no sabe dónde se ha metido

No lleva ni dos días en Madrid y el turco este ya me parece un cachondo de cuidado. Se suelta media sonrisilla sobre esa papada oscurecida y parece hasta simpático, pero lo mejor viene cuando se le suelta la lengua; ebrio de ignorancia y aturdido en tablas por el cuadro surrealista que le han enseñado, se arma de valor, se viene arriba y llega a decir que para qué vamos a soñar con el cuarto puesto cuando se puede aspirar a más.

Este cuento chino (o turco) ya me lo conozco. Al chico le dicen que viene a un equipo que dicen que es el tercero de España, que hace un tiempo, no ahora, pero antes sí, se ganaba al Madrid una vez por temporada e incluso se arañaban puntos en el Bernabéu, que no hace mucho solamente tenía una liga menos que el Barcelona, ese Barcelona que hoy en día gana, asombra y divierte y el chaval, que ha crecido con los oídos regados de blanco y azulgrana dice "Guau", "Equipazo", "Qué suerte tengo". Y claro, como soñar es gratis y la prensa, cuando se pone, es muy cabrona, pues le hacen sacar la lengua a pasear y le hacen tirar de atrevimiento y luego viene el titular fácil y la sonrisa socarrona y la chanza burlesca del vecino que te busca la espalda para darte un toquecito y decirte "que lo vais a ganar todo, dice el turco". Y te mira así, con esos ojos de chulo relamido, esperando una respuesta y se queda en el sitio cuando decides hacer caso omiso y decirte a tí mismo que para qué entrar en el juego de estos ignorantes emocionales si ya estás acostumbrado a discutir para nada y ya no merece la pena seguir tentando a la suerte con la úlcera de estómago.

Dentro de un par de meses, el turco irá diciendo que igual eso de quedar cuarto no estaría tan mal y que no se esperaba tal desajuste defensivo y que al equipo le falta acoplarse, mal congénito del que no le hablaron en verano antes de decirle que sí, que a lo mejor con el Atleti jugaba la Champions más veces que con el Galatasaray. Y llegará febrero, y cuando la Copa vuelva a ser un sueño perdido de primavera, dirá que venga, que vamos, que igual si apretamos un poco nos clasificamos para la Europa League, que al fin y al cabo, un año la ganamos y la gente se echó a la calle porque decían que éramos el mejor equipo de Europa. Y eso quedando novenos en la liga. Y cuando acabe la temporada dirá que a lo mejor el año que viene se puede aspirar a más, pero que para hablar, mejor pregunten al nuevo que yo ya pagué la novatada y a estas alturas de mi vida ya sé dónde me he metido.

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